Hace menos de 50 años aquí en lo que hoy es la Comarca de La Janda se produjo una de las mayores catástrofes ambientales causadas intencionadamente por el hombre en la península Ibérica, un gran desastre ecológico, la desecación de la laguna que hoy da nombre a la Comarca.
La antigua laguna de La Janda se encuentra situada en el sector suroccidental de la provincia de Cádiz, términos municipales de Tarifa, Barbate, Vejer de la Frontera y Medina Sidonia, en el extremo meridional de Europa y muy próxima al continente africano, formaba un puente vital entre las marismas del Guadalquivir y los humedales de Marruecos.
Esta laguna de algo más de 4.000 hectáreas de extensión y con una profundidad media de 1 metro, con zonas donde se llegaban a alcanzar los 5 metros de máxima, fue en su día la mayor de la península ibérica. También se desecaron una serie de lagunas menores a ella asociadas como eran la de Espartinas, Jandilla, El Torero, Rehuelga y Tapatanilla, que en su conjunto sumaban unos 50 kilómetros cuadrados constituyendo el humedal interior más importante de toda Europa.
Cercana a la costa y separada de ella por pequeños accidentes montañosos, se ubica en una gran depresión de origen tectónico, provocada por un conjunto de fallas alineadas en las direcciones NE-SW y NW-SE. Los límites de esta depresión son los siguientes: los piedemonte de las sierra y lomas que desde Vejer de la Frontera, y en dirección sureste, la separan del mar por una pequeña estribación de sierras y lomas desde el altiplano de Caños de Meca, sierra de El Retín, sierra de La Plata, Picacho de San Bartolomé, hasta llegar a la sierra de Fates; por el interior, la depresión tectónica lagunar queda definida por un conjunto de sierras de naturaleza areniscosa, sierras de El Niño, Sequilla, Blanquilla y Momia, de edad oligocena y caracterizada por una disposición casi vertical de los estratos y un sentido de buzamiento hacia la depresión, cuyo fondo está constituido por margas de edad eocena.
La geomorfología de la zona se corresponde con la de una gran depresión tectónica, hacia donde se dirige la mayor parte de la red hidrográfica local, con fondo plano o casi plano, próximo al nivel del mar, de ahí su dificultad para el desagüe, y ocupado por materiales finos arrastrados por los cursos de agua y tirsificados en la mayor parte.
El río Barbate con sus afluentes el Álamo, el Rocinejo y el Alberite, junto con los ríos Celemín y Almodóvar eran los causantes de la mayoría de sus aportes hídricos, se desbordaban estacionalmente empantanando una vasta llanura de aguas rasas, en la que se desarrollaba un espeso marjal de bayuncos, eneas, carrizos y castañuelas.
La temperatura media anual se fija entre los 17ºC y 19ºC, con mínimas en torno a los 7ºC para el mes de enero y máximas de 31-32ºC en el mes de agosto. Las precipitaciones se distribuyen de forma irregular a lo largo del año, presentando los máximos pluviométricos en los meses de noviembre a marzo, la pluviometría media es del orden de los 800 mm.
La laguna de La Janda tuvo una gran importancia, no sólo por sus propias características intrínsecas sino por las relaciones migratorias que mantenía con los humedales existentes en Europa y el sur de la Península.
La importancia de este enclave fue puesto de manifiesto por el hombre prehistórico, a través de las pinturas halladas en numerosos abrigos y cuevas naturales de las sierras que rodean la Janda en las que son reconocibles representaciones de lobos, cabras monteses, cisnes, grullas, flamencos, patos, avutardas, ánsares y avocetas además de multitud de otros animales y figuras humanas. Aquí existen manifestaciones prehistóricas realizadas en un periodo que duró casi 20.000 años.
Al ser un humedal muy heterogéneo era posible encontrar multitud de especies diversas, cada una de ellas adaptadas a las diferentes características que poseía la laguna. Esto posibilitaba encontrar tanto especies comunes como especies raras e insólitas. La diversidad de hábitats dentro de este humedal hacía posible la observación de aves que en otra zona de importancia migratoria eran difíciles de ver, caso de Doñana. También las grandes masas de alcornocales, en la zona de más pendiente, de acebuchales, en las de llanura, y roquedos cercanos (laja de Aciscar) contribuían a aumentar el volumen y la diversidad de especies de todo tipo zoológico.
Además de las aves migratorias en aquella lejana y mítica Janda y en los terrenos que la circundaban residían y se reproducían especies de aves hoy día desaparecidas o muy escasas como reproductores en la península ibérica como la grulla común, la focha moruna, el avetoro, el morito, el águila imperial ibérica, la lechuza mora o el torillo andaluz.
Durante los siglos XVIII, XIX y principios del XX numerosos escritores y viajeros como Ponz, Agustín de Orozco, Irby, Verner o Chapman y Buck plasmaron en sus escritos el interés ornitológico de estas lagunas.
Hoy los humedales están considerados fuente de vida, son ecosistemas de gran importancia por los procesos hidrológicos y ecológicos que en ellos ocurren y la diversidad biológica que sustentan, son ecosistemas enormemente delicados y frágiles, muy importantes para las aves acuáticas y sus rutas migratorias, están catalogados como Reservas Naturales y declarados Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA), dado que acogen con regularidad a un importante número de especies, algunas en peligro de extinción. Muchas lagunas están incluidas en el Convenio Internacional RAMSAR sobre humedales de importancia internacional.
Pero esto no ha sido siempre así, los humedales también han sido considerados durante siglos simple inundación de terrenos, tierras marginales que debían ser drenadas o «recuperadas», ya sea para mejorar las condiciones sanitarias o para su afectación a la producción, principalmente para la ampliación del área agrícola, por ser considerados zonas insalubres, fueron objeto de políticas y programas de desecación y saneamiento. En el pasado siglo se iniciaron transformaciones en base a la Ley de 27 de julio de 1918 -ley de desecación y saneamiento de lagunas, marismas y terrenos pantanosos- más conocida por el nombre de Ley Cambó, ha sido el exponente más claro de una política encaminada a erradicar los humedales de nuestro país.
La Ley Cambó se convierte en el instrumento ideal de unas personas que deciden desecar La Janda y con este propósito se elaboró un proyecto redactado por el general Miguel García de la Herrán y por el ingeniero José Suarez Sinova, correspondiendo el análisis para la utilización de los terrenos para cultivos al agrónomo José García Fernández. Para su desarrollo se constituyó en 1929 la sociedad –Colonias Agrícolas S.A.-, el proyecto fue presentado en mayo de 1936 y aprobado a finales de 1946, entrando en vigor en 1947. Es entonces cuando verdaderamente comienzan, sobre el terreno, los intentos de desecación de La Janda, se amplían los cauces de los ríos Barbate y Almodóvar y se construyen algunos canales y desagües, se elimina la vegetación espontanea de las lagunas, se roza y siega la castañuela y el bayunco.
En 1957 se aprueba el deslinde y tras sucesivos intentos frustrados en 1964 se programan obras de desecación y entre 1967 y 1968 se consigue la desecación de La Janda, casi en su totalidad, con una serie de obras de ingeniería como canales de desagüe y presas en los ríos Almodóvar y Celemín. Más recientemente se construye la presa del río Barbate para acabar definitivamente con la laguna.
Pese a todo ello, La Janda, se sigue resistiendo a desaparecer y en años de excepcional pluviosidad como fue el invierno 1989-1990 se inunda toda la depresión y La Janda recupera, muy brevemente, su identidad perdida. Esto vuelve a ocurrir en 1995 y 1996 inundándose durante algunos días y dejando entrever algo de su vieja gloria. Estos hechos apoyaron los trabajos y esfuerzos de organizaciones como AGADEN y Amigos de la Laguna de La Janda que pensaban en la viabilidad de su regeneración, al menos parcial, y que buscaban voluntades y apoyos para ello.
En el año 2003 se ejecutan obras de construcción de un nuevo desagüe, proyecto que nos plantea la siguiente pregunta:
¿Se concluyó la desecación de La Janda entre 1967 y 1968 en base a la Ley Cambó ó en cambio se ha concluido en 2003 una vez derogada la Ley Cambó?
La última grulla que crió en España lo hizo en La Janda, hoy ya no cría y la última avutarda de La Janda era un macho que murió hace poco, en el año 2006.
Aunque el medio natural de la antigua laguna de la Janda ha sufrido y sigue sufriendo intensas transformaciones desde la desecación, que han reducido su integridad y funcionalidad ecológicas, así como su capacidad de acogida para poblaciones de flora y fauna silvestres, esta área de la depresión de La Janda, por su situación geográfica y los distintos ecosistemas que alberga (humedales, zonas esteparias, acebuchales, alcornocales, sierras y cantiles), sigue conservando una especial relevancia para la avifauna. Alberga grandes contingentes de ejemplares, tanto residentes como migratorios, muchos de ellos amenazados, que encuentran refugio y alimento en los escasos retazos del humedal que aún persisten y en los sistemas agrícolas y forestales que los circundan.
Se mantiene una importante población de sisón, así como numerosas bandadas de grullas, según la época del año se han llegado a contabilizar hasta 1.800.
Es este un lugar excepcional para el avistamiento de aves, aquí son frecuentes multitud de especies: Calamón, Polla de Agua, Ánade Real, Cigüeñuela, Avoceta, Chorlitejo, Garcilla Bueyera, Garceta Común, Morito, Espátula, Aguilucho Lagunero, Cigüeña Blanca y la Cigüeña Negra durante la migración. También Canastera, Alcaraván, Lechuza Campestre, Aguilucho Cenizo, Aguilucho Pálido, Alimoche, Águila Perdicera, Águila Culebrera, Buitre Leonado, Elanio Azul, Milano Negro, Ratonero Común,… y en zonas arbóreas y matorrales; Pinzón Vulgar, Trepador Azul, Herrerillos, Currucas, Alcaudones….
En 2002, la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía puso en marcha en La Janda el programa de reintroducción del águila imperial ibérica(Aquila adalberti) con el fin alcanzar un triple objetivo: recuperar el antiguo núcleo reproductor, favorecer la interconexión entre las sub-poblaciones existentes e incrementar la viabilidad global de la especie. Hoy (2012) las águilas imperiales reintroducidas han formado ya parejas territoriales estables y han logrado criar con éxito dos pollos, los primeros que nacían en 54 años después de haberse extinguido. La corona forestal de esta zona húmeda es un importante refugio de especies de aves de presa.
BirdLife International reconoce la zona de la antigua laguna como Área Importante para la Conservación de las Aves (IBA), estas zonas son espacios identificados, mediante la utilización de criterios científicos, consensuados y estandarizados, donde regularmente se encuentran presentes una parte significativa de la población de una o varias especies de aves consideradas prioritarias por BirdLife.
Incompresiblemente las administraciones públicas españolas no tienen declarado ninguno de los humedales actuales bajo ninguna figura de protección, no es ZEPA y consecuentemente no está incluida en la red natura 2000.
La Janda merece un grado de protección ecológica que no tiene. El manejo de sus aguas se realiza actualmente sólo en función de las necesidades agrícolas y su vegetación palustre se reduce al arroz cultivado, algunas Eneas, Carrizos o escasos rodales de Sauces en los márgenes de los canales. Los impactos son muy numerosos: Tendidos eléctricos, caza furtiva, usos abusivos de pesticidas y herbicidas, plantaciones de transgénicos y varios proyectos empresariales que pueden acabar definitivamente con la legítima aspiración que muchos tenemos por mejorar el medio natural de la comarca y la calidad de vida de sus habitantes.