UNA ANTIGUA FÁBULA* ACERCA DE UNA COLIBRÍ EJEMPLIFICA NUESTRA FORMA DE REACCIONAR ANTE UNA CRISIS. EN ESTOS MOMENTOS NOS ENFRENTAMOS A LA CRISIS DEL AGUA Y EL SANEAMIENTO.
¿VAS A SER UN MERO ESPECTADOR O PASARÁS A LA ACCIÓN?
«Cierto día se declaró un incendio en el bosque y todos los animales huyeron despavoridos. Sin embargo, tras ponerse a salvo, se quedaron pasmados contemplando las llamas, sumidos en el terror y la tristeza. Por encima de sus cabezas, una colibrí iba y venía del fuego, una y otra vez. Los animales más grandes preguntaron a la colibrí qué estaba haciendo. —Vuelo al lago a por agua para ayudar a apagar las llamas. Los animales se echaron a reír y exclamaron: —¡Tú sola no puedes extinguir el incendio! —Es cierto —contestó la colibrí—, pero estoy aportando mi granito de arena».
LA COLIBRÍ ESTÁ INTENTANDO SOLUCIONAR EL PROBLEMA GOTA A GOTA. ELLA ES EL CAMBIO QUE QUIERE VER EN EL MUNDO. TÚ TAMBIÉN PUEDES SER LA COLIBRÍ. LAS ACCIONES QUE LLEVES A CABO, POR PEQUEÑAS QUE SEAN, CONTRIBUIRÁN A RESOLVER LA CRISIS DEL AGUA.
ELIGE TUS ACCIONES
ELABORA UNA LISTA DE ACCIONES QUE TE COMPROMETES A LLEVAR A CABO PARA RESOLVER LA CRISIS DEL AGUA Y EL SANEAMIENTO.
Comportamiento
Ahorrar agua: Tomar duchas más cortas y no dejar el grifo abierto al cepillarse los dientes, lavar los platos o preparar la comida.
Consumir productos locales: Comprar alimentos locales y de temporada. Buscar productos que hayan sido elaborados utilizando menos agua.
Romper tabúes: Hablar sobre la conexión fundamental que existe entre los retretes, el agua y la menstruación.
Ser curioso: Averiguar de dónde procede el agua que utilizo y cómo se distribuye. Visitar una planta de tratamiento para saber cómo se gestionan los residuos.
Equilibrar la balanza: Repartir las tareas de recogida de agua entre mujeres y hombres, niñas y niños.
Proteger la naturaleza: Plantar un árbol o crear un jardín infiltrante; utilizar soluciones naturales para reducir el riesgo de inundación y almacenar agua.
Eliminar los residuos de forma segura: Reparar las fugas de agua en tuberías y desagües, vaciar las fosas sépticas llenas y denunciar los vertidos de lodos de depuración.
Ejercer presión: Escribir a los cargos electos en relación con los presupuestos destinados al agua a nivel nacional e internacional.
Dejar de contaminar: No tirar restos de comida, aceite, medicamentos ni productos químicos por el retrete o el desagüe.
Limpiar: Participar en batidas de limpieza de los ríos, lagos, humedales o playas de mi localidad.
Prohibición total del uso del fuego y la circulación de vehículos a motor entre el 1 de junio y el 15 de octubre en zonas forestales y zonas de influencia forestal
Andalucía por su climatología y características naturales presenta un alto riesgo de incendio forestal, especialmente durante los meses de verano. De manera que cualquier imprudencia puede causar una catástrofe.
Ello nos obliga a adoptar medidas que disminuyan las situaciones de riesgo de incendio forestal, y en especial aquellas que conllevan el uso del fuego o la circulación de vehículos a motor por los terrenos forestales y zonas próximas a ellos.
Por ello, la Consejería publicó en el BOJA número 102 de 29 de mayo de 2009, la Orden que prohíbe totalmente el uso del fuego (hogueras, barbacoas, quemas agrícolas y forestales, etc.) y la circulación de vehículos a motor desde el 1 de junio al 15 de octubre, en las zonas forestales de la Comunidad Autónoma.
Esta Orden tiene carácter permanente, por lo que no será necesaria su publicación cada año, como ocurría anteriormente.
Con esta norma se pretende evitar que cualquier negligencia pueda provocar un incendio forestal durante la época en la que existe un alto riesgo de incendio.
Como se ha dicho, la prohibición afecta a la quema de vegetación natural y residuos agrícolas y forestales, así como al uso del fuego para la preparación de alimentos, que tampoco podrá realizarse en zonas de acampada o zonas recreativas que estén acondicionadas para ello. Igualmente, también queda prohibida la circulación de vehículos a motor fuera de la red de carreteras. Ambas prohibiciones se circunscriben a todos los terrenos forestales y zonas de influencia forestal, que son los terrenos no forestales (agrícolas y urbanos) situados a menos de 400 metros de los forestales.
No obstante, las prohibiciones citadas admiten una serie de excepciones, previa solicitud:
Uso del fuego: se permite su uso para barbacoas en establecimientos turísticos y restaurantes rurales, preparación de alimentos en campamentos juveniles educativos, y hornos y calderas de destilación con carácter tradicional, previa solicitud y autorización por parte de las Delegaciones Provinciales de Medio Ambiente.
Circulación de vehículos: Se permite, sin necesidad de autorización, cuando se circule para actividades de gestión de las fincas rurales y vigilancia de incendios o medioambiental. Como novedad, también se permite la circulación en romerías tradicionales y acceso a infraestructuras públicas.
La
Junta prohíbe usar fuego y la circulación de vehículos en espacios forestales
andaluces
31 de mayo de 2021 – (Noticias, Incendios Forestales)
Desarrollo Sostenible aplicará esta medida durante el período de alto riesgo de incendios forestales, que abarca del 1 de junio al 15 de octubre
La Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y
Desarrollo Sostenible recuerda que durante el período de alto riesgo de
incendios forestales, comprendido desde el 1 de junio hasta el 15 de octubre,
está prohibido el uso del fuego y la circulación de vehículos a motor en los
espacios forestales y de influencia forestal; es decir, en aquellos terrenos
ubicados en una franja de 400 metros alrededor de estas zonas. En cuanto al
fuego, la prohibición incluye tanto las quemas agrícolas como la realización de
barbacoas, incluso en las áreas recreativas.
Entre las excepciones a esta orden, que deben contar
siempre con la aprobación previa de la delegación territorial de la provincia
correspondiente, pueden encontrarse la preparación de alimentos en campamentos
infantiles y el uso de calderas de destilación, hornos de carbón y piconeo.
Asimismo, también podrían realizarse barbacoas en establecimientos de alojamientos
turísticos y en restaurantes rurales que, en ambos casos, estén previamente
autorizados para ello.
Respecto al tránsito de vehículos a motor, entre los
pocos casos contemplados como excepcionales se encuentran, por ejemplo, el uso
de las servidumbres de paso, los servicios de emergencia o extinción de
incendios y las actividades ecoturísticas autorizadas.
Las altas temperaturas registradas en Andalucía durante
las últimas semanas, especialmente entre el 16 y el 22 de mayo, han elevado el
estrés hídrico de la vegetación y, por consiguiente, han aumentado el riesgo de
incendio forestal.
Desde la dirección operativa del dispositivo Infoca,
dependiente de la Consejería de Desarrollo Sostenible, se solicita la
colaboración ciudadana, además, en la importante labor de extinción de
incendios que lleva a cabo este equipo del Gobierno andaluz. Para ello, ante cualquier
avistamiento de humo o llama es conveniente informar a los servicios de
emergencias a través del teléfono único de emergencias 112 para, de esta
manera, cooperar en la puesta en marcha del operativo de la forma más rápida
posible desde la detección del fuego.
Asimismo, desde la Junta se hace un llamamiento a la
prudencia y a la responsabilidad de la ciudadanía durante su estancia en el
medio natural y se le solicita una actitud responsable cuando se encuentren en
contacto con la masa forestal. De esta forma, podrán evitarse incendios que
puedan poner en peligro a núcleos urbanos, a la naturaleza y a los propios
equipos de extinción.
La Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y
Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía ha renovado el código de buenas
prácticas que debemos tener en cuenta todas y todos cuando salimos al campo.
BUENAS PRÁCTICAS
Frente al COVID19, mantén la distancia de seguridad y
lleva mascarilla, evita aglomeraciones y el contacto con superficies, lávate
las manos frecuentemente, usa gel hidroalcohólico y consulta los materiales digitales
disponibles. Cuida tu salud y la de los demás.
Colabora para evitar incendios. No arrojes cigarrillos
o cualquier otro objeto que produzca combustión.
Consumiendo productos locales y contando con empresas
de la zona contribuirás al desarrollo rural.
Convive respetuosamente con la gente del lugar y demás
usuarios. Respeta los bienes y propiedades privadas.
Desplázate de una manera sostenible: transporte
público, bicicleta, a pie, vehículo compartido…
El ruido es otra forma de contaminación. En silencio
disfrutarás más de tu experiencia.
Facilita el uso a personas con necesidades especiales.
La basura no vuelve sola. Llévala contigo hasta el
contenedor más próximo. Reduce, reutiliza, recicla.
No dejes huella de tu paso por la naturaleza.
Practica un turismo responsable y comprometido con el
entorno. ¡Sé un verdadero ecoturista!
Respeta las instalaciones puestas a tu disposición. Su
mantenimiento lo pagamos todos.
Consulta la previsión meteorológica antes de iniciar tu
actividad.
Evita salir solo. Si lo haces, comunica recorrido y
hora de regreso a otras personas.
Extrema la precaución en condiciones adversas y ante la
presencia ocasional de animales o vehículos a motor.
Infórmate previamente de la posible existencia de
actividad cinegética.
Lleva agua, protección solar, ropa y calzado adecuados.
Lleva un móvil con suficiente batería en caso de
emergencia (112), pero recuerda que no siempre hay cobertura.
No molestes ni des comida a los animales. Alterarías
negativamente su conducta.
Por tu seguridad y la del entorno, no te salgas del
camino señalizado ni tomes atajos.
Recuerda que está prohibida la captura de animales,
encender fuego, pescar y recolectar plantas o minerales.
Si traes perro, llévalo con su correa y asegúrate de
que no molesta a otros animales o personas.
Servicio de Atención Ciudadana de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía
A través del Servicio Integrado de Atención Ciudadana -SIAC-
los ciudadanos pueden plantear sus consultas relacionadas con el medio ambiente
mediante los siguientes canales:
– 954 54 44 38 Teléfono de Atención Ciudadana de
respuesta inmediata. Disponible de forma ininterrumpida de 8 a 20 horas de
lunes a viernes.
Construye un Planeta limpio, administrando sus recursos y conservando el medioambiente.
¡CUIDA TÚ PLANETA!
Un alto porcentaje de nuestras basuras y desechos se pueden REDUCIR – REUTILIZAR Y RECICLAR, disminuyendo el impacto ambiental, ayudando a gestionar mejor las reservas agotables del Planeta (materiales y energía) y generando menos gases contaminantes entre ellos CO2
Si «REDUCIMOS» la basura disminuimos vertederos y por consiguiente generaremos menos CO2 a la atmósfera, reduciendo el impacto en el medio ambiente.
Si «REUTILIZAMOS» alargamos la vida útil de muchos artículos, aprovechando mejor la inversión en materia prima y energía utilizada en ellos.
Si «RECICLAMOS», muchos materiales retornan a la cadena de producción como materia prima, ahorrando en el consumo de nuevos recursos, o sea estaremos gestionando mejor las reservas del Planeta.
1ª-R
R E D U C I R– (Generar menos basura)
Si Reducimos el problema de la basura, disminuimos el impacto en el medio ambiente.
“Si compro y consumo mucho… más basura genero y mas residuos produzco”
Debemos consumir de forma racional. No perdamos la cabeza comprando compulsivamente, impulsados por estrategias de marketing comercial o absurdas y efímeras tendencias pasajeras.
– Ayuda a conservar los recursos naturales,
– Disminuye la contaminación del Aire y el Agua.
– Disminuye los desechos, y…
– Baja los costes en el proceso de recolección y destino final de los desperdicios.
La reducción puede realizarse en 2 niveles: reducción del consumo de bienes o de energía. De hecho, actualmente la producción de energía produce numerosos desechos (desechos nucleares, dióxido de carbono,…)
Este es el Objetivo:
– Reducir o eliminar la cantidad de materiales destinados a un uso único (por ejemplo, los embalajes).
– Adaptar los aparatos en función de sus necesidades (por ejemplo poner lavadoras y lavavajillas llenos y no a media carga).
– Reducir pérdidas energéticas o de recursos: de agua, desconectar aparatos eléctricos en «stand by», conducción eficiente, desconectar transformadores, etc.
– Reducir la emisión de gases contaminantes, nocivos o tóxicos evitará la intoxicación animal o vegetal del entorno si llega a cotas no nocivas.
Países europeos trabajan con una importante política de reducción de la basura, considerando La basura es alimento «para la tierra». Producir productos sin contaminantes (100% biodegradables), es una importante tarea, para evitar o por lo menos reducir al máximo su impacto en el medioambiente una vez finalice la vida útil de cada producto.
2ª-R
R E U T I L I Z A R – (Volver a usar)
“Si reutilizamos objetos, menos basura producimos y menos recursos del planeta gastamos”
Si damos la máxima utilidad a las cosas, sin necesidad de destruirlas o deshacernos de ellas, muchos materiales pueden resultar útiles para otras cosas extendiendo su “vida útil”.
Reutilización:
Segunda «R» muy importante, porque también reduce el impacto en el medio ambiente, indirectamente.
Si «reutilizamos» un objeto podemos darle una segunda vida útil. Todos los materiales o bienes pueden tener más de una vida útil, bien sea reparándolos para un mismo uso o con imaginación para un uso diferente.
Ejemplos: Utilizar la otra cara de las hojas impresas. Rellenar botellas, reutilizar la madera de los palets…
3ª-R
R E C I C L A R – (Clasificar los materiales para usarlos varias veces)
Es separar los distintos tipos de basura. Consiste en usar los materiales una y otra vez, para hacer nuevos productos y de esta forma reducimos y gastamos menos recursos naturales agotables.
Por ejemplo, separando:
Plástico; Papel; Latas de aluminio; Metales; Vidrio; Materia orgánica…
Ésta es la “R” más popular debido a que el sistema de consumo actual ha preferido usar envases de materiales reciclables (vidrio, plásticos y bricks).
Por ejemplo, el vidrio y la mayoría de plásticos se pueden reciclar calentándolos hasta que se funden, y dándoles una nueva forma. Es como utilizar algo desde su inicio. En el caso del vidrio en concreto, el ciclo de reciclaje es infinito: de una botella se obtiene otra botella.
Wangari Maathai, Nobel de la Paz en 2004: «No son las cosas grandes las
que marcarán la diferencia, sino más bien los pequeños pasos que demos cada uno
cada día». Es nuestra apuesta en esta nueva andadura. Cambiemos el rumbo.
Está a nuestro alcance. Cada uno de nosotros, cada lector, cada periodista
tiene en su mano más poder del que se imagina. Con sus pequeñas decisiones
diarias -qué compra, dónde, cómo va a trabajar, cómo es su casa, a quién vota,
dónde ahorra, qué come…- puede lograr que el planeta se recomponga. Seguramente
haya escuchado (probablemente también lo haya pensado): «¿Para qué cambiar
nuestros pequeños hábitos de consumo, si quienes realmente ostentan el poder
siguen comportándose igual?». Nos minusvaloramos. Si nosotros exigimos
otros productos, otras actitudes, Gobiernos y empresas deberán adoptar otros
registros. Confianza y optimismo. Otro Nobel de la Paz, Martin Luther King:
«Si supiera que el mundo se ha de acabar mañana, yo hoy aún plantaría un
árbol». No se piden grandes esfuerzos, ni siquiera renunciar a la
comodidad. La misma recomendación sirve para las compras que para nuestra vida:
rechace el exceso de envoltorios, el empaquetado superfluo; lo único que hace
es complicar nuestra bolsa de la basura. E. F. Schumacher, economista:
«Debemos vivir con sencillez para que otros, sencillamente, puedan
vivir».
1. Otras bombillas
Cambie las bombillas incandescentes por otras de bajo consumo. Son más
caras, pero duran hasta diez veces más, y gastan entre cuatro y cinco veces
menos. Éste era el primer consejo de la campaña de promoción de la película Una
verdad incómoda, de Al Gore. El Gobierno australiano obligó a comienzos de año
a acometer ese cambio en todo el país, toda una revolución de bombillas. En
España, cada hogar es responsable de producir hasta cinco toneladas anuales de
CO2, principal causante del efecto invernadero. Tenemos que disminuir el
consumo de energía. Nuestro comportamiento es decisivo para frenar el cambio
climático, que, según los expertos, provocará este siglo un aumento de las temperaturas
medias de dos a cuatro grados, una subida de las aguas de los mares de 28 a 43
centímetros y la extinción del 20% de las especies.
2. Demasiada basura
Las bolsas de basura de nuestras casas no paran de engordar. Otro síntoma
más de la sociedad de consumo. En 1990, un español generaba una media de 323
kilos de residuos domésticos al año; en 2004, esta cantidad había aumentado a
524 kilos, según el Observatorio de la Sostenibilidad en España. Recuerde la
triple regla de oro para gestionar bien los residuos: reducir, reutilizar y
reciclar. La sociedad avanza en el reciclaje, pero no en las dos primeras
opciones. Del cerca de kilo y medio de residuos que generamos cada uno al día
en casa, casi medio kilo corresponde a envases y envoltorios. Estos materiales
son muy voluminosos, y a menudo también superfluos e incluso complicados de
reciclar. Debemos evitar comprar productos con exceso de embalaje. Si seguimos
esta sencilla regla, nuestras bolsas de basura habrán solucionado buena parte
de su sobrepeso.
3. El sol en casa
Las energías renovables se están implantando rápidamente. Los paisajes se
han llenado de aerogeneradores (en algunas zonas hasta en exceso, con un
impacto visual y auditivo sin calibrar). En poco tiempo se instalarán también
en plataformas marinas. Y, según las nuevas normas de edificación, toda
vivienda de nueva construcción debe incorporar unas superficies mínimas de
colectores solares. Además, existen subvenciones para instalar placas
fotovoltaicas; las compañías eléctricas están obligadas a comprar la energía
que se genere con ellas a un precio con incentivo. A pesar de ser un país
privilegiado en este sentido, a pesar del extraordinario potencial de sol con
que contamos, España está muy por detrás en instalación de paneles en casas respecto
a otros países, como Alemania y Austria, que soportan muchos más días nublados.
4. Un jersey y un toldo
Si tiene calefacción individualizada, instale un termostato para controlar
el gasto. Antes de subir la temperatura o recurrir al aire acondicionado,
probemos otras opciones que no requieran energía, como ponerse un jersey en
invierno o generar corrientes cruzadas de aire en verano. Echemos mano también
de toldos, persianas y ventiladores en época de calor. Y vigilemos a qué hora
ventilamos las estancias. Si al final no son suficientes estas medidas, al
menos habremos reducido las necesidades de calor o frío de la situación
inicial. Recuerde, además, que las mejoras en el aislamiento de la vivienda
permiten obtener ahorros energéticos y económicos de hasta un 30% en
calefacción y aire acondicionado.
5. Desechos tecnológicos
Cuidado con la basura tecnológica; los aparatos electrónicos contienen
sustancias peligrosas. Una batería de cadmio del móvil puede contaminar 600.000
litros de agua. No tire estos residuos a la basura. Llévelos a un punto limpio.
Y piense dos veces antes de cambiar de aparato. Para fabricar un ordenador se
han necesitado 240 kilos de combustibles fósiles, 22 kilos de productos
químicos y 1.500 litros de agua. Fabricar un teléfono supone generar hasta 75
kilos de residuos contaminantes, aunque luego nos vendan como un gran adelanto
su pequeñísimo tamaño.
6. Grifos en buen estado
Ojo con el agua. Revise todos los grifos de la casa. Que no goteen. Una
forma de reducir el consumo es colocar difusores de caudal.
7. Vigile las facturas
Compruebe cada mes las facturas de agua y energía para llevar el control del
consumo. Es más, propóngase bajarlo. Márquese un reto, un objetivo. Si lo
logra, doble satisfacción.
8. Al mercadillo
Compremos muebles duraderos. Esto no quiere decir que tengan que ser nuevos,
también podemos reciclar alguno o acudir a tiendas de segunda mano.
9. Gota a gota
Si tiene jardín, instale riego por goteo. Elabore su propio abono (compost)
con los restos orgánicos. Y cuide mucho el uso de plaguicidas y fertilizantes
químicos.
10. Cartas sin papel
Pidamos que las facturas y extractos mensuales lleguen a nuestro correo
electrónico en lugar de al buzón de cartas de casa. Menos papel que tirar.
11. Conducir menos
La regla más importante para hacer más habitable nuestro entorno urbano:
conducir menos. El transporte público en España consume seis veces menos
energía, por cada viajero, que el privado, según datos del Instituto para la
Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE). Los coches consumen ahora un 20%
menos que hace 20 años, pero aun así, el transporte es responsable en España de
un tercio de las emisiones de CO2. Los datos cantan: está comprobado que uno de
cada diez viajes que se realizan en coche en la ciudad es para moverse menos de
500 metros, una distancia que prácticamente todos podemos cubrir saludablemente
caminando. Si fuéramos a pie en todos los desplazamientos de menos de dos
kilómetros, podríamos ahorrar a España casi 1.000 millones de litros de
combustible al año.
12. Eco-coches
Si nuestra única opción es el coche, busquemos uno que consuma lo menos
posible. Pensemos en las opciones de modelos híbridos. O en echar al depósito
biocarburante. En www.idae.es podemos
encontrar una base de datos con el consumo de cada modelo. No olvidar que los
vehículos más grandes gastan más que los pequeños. Y buena parte de su consumo
dependerá también de la persona que esté al volante. Una conducción eficiente
puede reducir el gasto de combustible y la emisión de CO2 un 15%. Primera
regla: una velocidad moderada y constante.
13. Ciudad mediterránea
Si está buscando casa para alquilar o comprar, baraje seriamente la
posibilidad de vivir en el núcleo de la ciudad, preferentemente en un edificio antiguo
rehabilitado. No dejemos morir el modelo de ciudad mediterránea, compacto, tan
humano, y lo cambiemos por el de urbe extendida, desperdigada, al estilo de las
norteamericanas, una sucesión de urbanizaciones en las que resulta difícil
establecer relaciones entre vecinos y que nos obligan a depender del vehículo
privado.
14. Más zonas verdes
Reclamemos zonas verdes, pequeños pulmones para nuestra ciudad. Cumplen una
importante función psicológica. Está probado que en barrios con zonas de
esparcimiento verde, los niveles de conflictividad, estrés y depresión de sus
vecinos disminuyen. Son una válvula de descongestión. Y exijamos que no se
pierda la tradición del jardín árabe. En vez del uso de césped a diestro y
siniestro ?costumbre heredada de los húmedos países anglosajones?, pidamos
plantas autóctonas, que requieren menos riego y más imaginación.
15. Menos ruidosos
Un poco de silencio, por favor. Cuidar el medio ambiente no es sólo por la
salud del planeta, sino también por la nuestra, por el equilibrio de todos los
seres que habitamos la Tierra. Por eso debemos evitar que nuestro
comportamiento en la ciudad sea muy ruidoso. Según la OCDE, el 20% de los
habitantes de la UE sufren un nivel de ruido por encima del límite establecido
por la OMS como aceptable: 65 decibelios. La contaminación acústica deteriora
la calidad de vida de una ciudad y tiene además efectos directos sobre la
salud; los más claros: nerviosismo, irritabilidad y estrés. Según el
Observatorio de la Sostenibilidad en España, el 35% de las quejas por ruido
proceden de locales de ocio.
16. Ocio sin consumo
Elija un ocio menos consumista. No deje que la obsesión por comprar le
condicione y se convierta en el protagonista de su tiempo libre.
17. Más bicicletas
Muévase en bicicleta, si la orografía, clima y tráfico de su ciudad lo
permiten. Y si ve que no es seguro desplazarse sobre dos ruedas, exija a su
Ayuntamiento carriles bici.
18. Escapes
Avise a averías de los servicios municipales en cuanto detecte un escape de
agua en la red de distribución.
19. El brillo de las estrellas
Pida a su Ayuntamiento que la iluminación de las calles sea eficiente y de
bajo consumo, que no despilfarre luz hacia el cielo, que, además, contamina las
estrellas.
20. Más participativos
El 80% de la población europea y el 60% de la mundial viven en ciudades. El
ritmo de concentración urbana continúa a un ritmo cada vez más acelerado. No
adopte una actitud pasiva. Movilícese. La ciudad la hacemos entre todos.
Participe en movimientos y plataformas vecinales, y tenga en cuenta los
compromisos ambientales de verdad cuando vote.
21. La bolsa o la vida
Cuando vayamos a la compra, no olvidemos llevar nuestra propia bolsa, cesta
o carrito. Las bolsas de plástico suponen un coste ambiental demasiado elevado
para utilizarse en un único trayecto del mercado a casa. Pueden tardar cientos
de años en descomponerse; en sus poco más de 25 años de historia se han
convertido en una plaga. La web www.reusablebags.com
asegura que cada minuto se fabrica en el mundo cerca de un millón de bolsas de
plástico. En España se estima que se reparten al año 10.500 millones de estas
bolsas, lo que equivale a más de 230 por persona. Ahorre al planeta sus 230
usando la cabeza. También puede pedir a su establecimiento habitual que
faciliten otro tipo de bolsas reutilizables.
22. Apueste por lo biológico
Apúntese a los alimentos ecológicos, también denominados biológicos o bio.
Provienen de una agricultura y una ganadería extensivas que no usan productos
químicos sintéticos para aumentar su rendimiento o para luchar contra las
plagas. España es uno de los mayores productores de alimentos biológicos, pero
la gran mayoría de lo obtenido se dedica a la exportación. ¿Es que no sabemos
apreciarlo nosotros? Apoye el esfuerzo de estos agricultores y ganaderos que
han decidido cambiar por el medio ambiente.
23. El vidrio se recicla bien
¿Vidrio, tetrabrik, plástico o lata de aluminio? ¿Cuál escoger cuando un
mismo producto se puede encontrar en diferentes envases? «Lo mejor es el
cristal», opina Juan López de Uralde, director de Greenpeace España, que
asegura que no sale a la compra sin su cesto o su bolsa de tela. ¿Y después del
vidrio? Según dice, el plástico que no sea PVC y la lata resultan más fáciles
de reciclar que el tetrabrik. «De todas formas, ante la duda, yo cojo el
que ofrezca menos envase por más contenido».
24. Un respeto a los peces
En la pescadería, debemos leer la etiqueta identificativa de cada pescado.
En ella ha de figurar el tipo de aparejo utilizado en su pesca. Cuanto más
selectivo, más sostenible (mejor con anzuelos o palangres que con redes). Y
recuerde: «Pezqueñines, no». La talla mínima de una sardina debe ser
de 11 centímetros. Y la del boquerón, de 9 en el caladero mediterráneo y 12 en
el cantábrico, noroeste y golfo de Cádiz. Podemos consultar las tallas mínimas
en la web del Ministerio de Agricultura.
25. Menos carnívoros
Para producir un kilo de trigo se necesitan unos 1.000 litros de agua, y
para un kilo de arroz, 1.400 litros, según el Consejo Mundial del Agua. En
cambio, para un kilo de ternera se requieren 13.000 litros. ¡Vaya con la carne!
Reduzcamos su consumo. No hace falta comer tanta; con dos o tres raciones
semanales es suficiente. Con la comida, pensemos ante todo en la salud. También
suele ser lo más ecológico. Hagamos caso a los expertos en nutrición y sigamos
una dieta equilibrada con mucha fruta y verdura.
26. Cercanías
Compre productos locales, ya que para llegar hasta el mostrador del mercado
habrán requerido menores desplazamientos y, por tanto, menos gasto energético.
27. Agua del grifo
Piense bien si merece la pena comprar agua embotellada cuando se puede beber
la del grifo. Incrementa el gasto en energía y creará un futuro residuo.
28. Sin bandeja
Compre alimentos naturales a granel siempre que sea posible. Reducirá
envoltorios y ganará calidad. Evite llevarse a casa esas bandejas blancas cada
vez más habituales en el súper.
29. Alerta: transgénicos
Uno de los enemigos número uno de los ecologistas son los transgénicos.
Recomiendan no consumirlos porque, dicen, todavía faltan pruebas que demuestren
su inocuidad para la salud y el medio ambiente. Su presencia debe ir notificada
en la etiqueta del producto.
30. El pequeño comercio
Evitemos ir en coche a un establecimiento lejano si podemos realizar la
compra caminando sin salir del barrio. Apoye el pequeño comercio, savia del
modelo mediterráneo de ciudad.
31. Más sobriedad
Apueste por la vida simple, consuma menos, piense más. El economista E. F.
Schumacher terminó sus días como agricultor y escribió el libro-filosofía Lo
pequeño es bello. Toda una filosofía de vida. Según el Informe Europeo sobre
Adicción al Consumo, el 15% de la población es adicta al consumo y un 46% de la
juventud compra en exceso. Pensemos un poco: los países desarrollados (un 20%
de la población) emplean el 80% de los recursos naturales. Si todos los
habitantes del planeta consumieran a ese ritmo, la Tierra quedaría agotada en
poco tiempo. Antes de comprar una nueva prenda, un nuevo aparato, piense si
realmente es necesario. Detrás de cada objeto, por simple que sea, hay un
consumo de energía, una generación de residuos, un gasto de agua.
32. Piense en lo que tira
El escritor mexicano y premio Nobel Octavio Paz se mostraba muy crítico:
«Después de haber caído en la idolatría de los sistemas ideológicos, el
siglo XX ha terminado en la adoración de las cosas». Antes de comprar,
reutilice. Un poco de imaginación y podemos ahorrarle muchos disgustos a la
Tierra (y al bolsillo). Un cartón de huevos puede reciclarse como un juguete
para los niños; una botella bonita de vidrio, de pequeño jarrón; los calcetines
se pueden convertir en muñecos; con restos de telas se pueden hacer colchas o
mantas para el sofá. Hay cientos de ideas. Y no queda cutre; todo lo contrario,
le da un punto original a nuestra casa, una decoración comprometida con el
planeta.
33. Límites a la ‘fast-fashion’
Somos muy críticos con la fast-food; pues lo mismo debemos hacer con la
fast-fashion (moda rápida), prendas de usar y tirar que apenas duran una
temporada. Eso, desde el punto de vista ecológico, resulta una aberración.
Déles una segunda oportunidad a las cosas. Acuda a comercios donde se vende
ropa de segunda mano. Ayude a que todos estos objetos tengan una nueva vida
frente al impulso despilfarrador de acortar cada vez más su vida con lemas como
«está pasado de moda» o «redecora tu vida».
34. Más madera sostenible
La madera es un producto muy ecológico, pero cuando lleva el nombre exótico
de alguna especie tropical puede haber salido de la deforestación de las
últimas selvas vírgenes del planeta. Para estar seguros de que el producto que
queremos comprar procede de una explotación sostenible, lo mejor es pedir
madera certificada con el sello FSC (Forest Stewardship Council). Si exigimos
este distintivo en todas las tiendas, ayudaremos a que se vaya generalizando.
Ya son 60 las empresas españolas que venden FSC.
35. Comercio justo
Cuando compra algo, ¿piensa de dónde viene? Granito de arena a granito de
arena, pequeña decisión a pequeña decisión, el consumidor puede influir mucho
en lo que se produce y cómo se produce. Hemos de tomar conciencia de que
nuestras acciones, por insignificantes que nos parezcan, tienen consecuencias
ambientales, sociales y económicas. Una recomendación: acudir a las tiendas de
comercio justo que han abierto diversas ONG. Hay cientos, con el aval de
asociaciones como Intermón-Oxfam.
36. Papel reciclado
En la papelería, compre productos (carpetas, libretas, cuadernos, folios)
elaborados con papel reciclado y sin blanquear con cloro.
37. Bancos con iniciativa
A la hora de ahorrar, acuda a aquellos bancos que sepa que invierten una
parte de sus beneficios en promover iniciativas sociales y ambientales, como
Triodos Bank.
38. La dignidad del trabajo
Ayude a mantener lo hecho con calidad y dignidad. Evite las producciones
industriales masivas en fábricas de países donde no tenga claro que respetan a
los trabajadores.
39. Juguetes y tiempo
No sature a los niños regalándoles juguetes que no van a apreciar. Valoran
más otras cosas: que los mayores les dediquen más tiempo o les enseñen a
fabricarse sus propios entretenimientos usando la imaginación.
40. Infórmese
Lea prensa, siga la actualidad, interésese por el mundo. Un consumidor
informado es un consumidor responsable. Así sabrá qué empresas son más
insostenibles.
41. Un habitante, una semilla
En el siglo XX, los 5.000 millones de hectáreas cubiertas de bosques se
redujeron a menos de 4.000 millones, según el Banco Mundial. Plante un árbol. Y
mejor de una especie autóctona. Aparte de la satisfacción de asistir a su
crecimiento y mejorar el paisaje en un país con tanta tendencia a la
desertificación como España, hay un dato fundamental para frenar el cambio
climático: por término medio, un solo árbol absorbe una tonelada de dióxido de
carbono a lo largo de su vida.
42. Cuidado con el fuego
Muy importante: evitar los incendios forestales. En la última década, la
media de superficie forestal calcinada en España ha sido de 118.000 hectáreas
por año. En el 73% de los fuegos influye -por intención, imprudencia o
negligencia- la mano humana. Debemos ser muy cuidadosos en nuestras estancias
en el campo: no encienda fuego en el campo, ni para quemar rastrojos ni pastos,
ni para barbacoas o fogatas. En la época de alto riesgo, meses de verano, y
especialmente si hay sequía, mejor no hacerlo ni en los sitios habilitados para
ello; cualquier chispa puede acabar en un desastre. No arroje al suelo cerillas
ni colillas, ni ningún objeto en combustión, ni papeles, plásticos, vidrios o
cualquier otro residuo susceptible de entrar en combustión y originar un fuego.
43. Sin motores
Por las zonas rurales y los parajes naturales intente usar lo menos posible
los vehículos de motor, que rompen la calma que tanto nos gusta, ahuyentan a
los animales, trastornan la tranquilidad de los habitantes de los pueblos y, en
los caminos forestales, erosionan gravemente el suelo. Circular con el
todoterreno por todos los rincones es más hortera y depredador que aventurero;
lo mismo sucede con los quad, desgraciadamente tan de moda. Infinitamente mejor
es ir en bici, a caballo, en burro o andando.
44. Mejor rehabilitar
Si busca una casa en el campo, es mejor que elija la rehabilitación de una
antigua edificación de pueblo que las nuevas construcciones de urbanizaciones.
Es posible que sea más engorroso y quizá hasta más caro, pero la opción de la
casa típica tiene más encanto, al final la haremos más nuestra, y evitaremos
los desarrollos urbanísticos indefinidos que tanto están agrediendo nuestros
paisajes. Esto mismo se puede aplicar a las costas. Es mejor optar por lo ya
construido que invadir más zonas naturales.
45. Denuncie las tropelías
Denuncie al Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil
(Seprona) (062), muy activo y eficaz, los atentados que contemple contra el
medio natural; desde alguna instalación que está contaminando un río o un
arroyo hasta la quema de rastrojos o neumáticos, o vertederos incontrolados, o
el uso de venenos, que siguen haciendo estragos en el campo español, y
alambradas ilegales. Denuncie también todos aquellos proyectos urbanísticos
ilegales que sólo buscan el enriquecimiento rápido de unos pocos a costa de
maltratar el paisaje natural. No se instale en la comodidad mirando hacia otro
lado.
46. Menos exploradores
Respete las normas de cada espacio natural en todo lo relativo a zonas de
acampada y de escalada. Muévase por estos espacios sin salirse de las rutas
habilitadas.
47. De pueblo en pueblo
El turismo rural es una magnífica manera de contribuir a las modestas
economías de la gente que vive en el campo y de ayudar a fijar población en los
pequeños pueblos.
48. El ‘souvenir’
Una forma maravillosa de contactar con la naturaleza y encariñarse con ella
es fotografiarla. Una afición entretenida y mucho menos impactante que meter ruido
con un quad.
49. Cuestión de setas
A la hora de recoger setas, no hay que arrancarlas, sino cortarlas con una
navaja por el tronco. Además, lleve una cesta en lugar de una bolsa de plástico
para dejar que las esporas vayan desperdigándose.
50. El lenguaje natural
El mundo natural es un libro que hay que saber leer. Podemos dotarnos de
guías que nos enseñen los nombres de aves, árboles, plantas, insectos,
fenómenos geológicos…