La agricultura ecológica no es más que una tecnología, pero ninguna tecnología es neutral. La campaña de desinformación promovida por la industria transgénica se centra, sin querer quitarse la careta de científica, en negar que las tecnologías alternativas tengan base científica. Contra el argumento demagógico, que prende fácilmente entre los desinformados, no hay más defensa que la divulgación asequible pero rigurosa. Este brevísimo argumentario en favor de la agricultura ecológica no tiene otro propósito. Puede ser citado, copiado, ampliado, comentado, publicado, divulgado, y por supuesto discutido, en la forma que mejor le plazca a los lectores.
¿Tiene base científica la agricultura ecológica? La agricultura ecológica se basa en los trabajos de varias escuelas de agrónomos, edafólogos, fitopatólogos, microbiólogos y fisiólogos vegetales que, desde los años 30 del siglo pasado, plantean formas alternativas de entender la agricultura, como reacción frente a las consecuencias negativas que acarrea la aplicación tecnológica de la agricultura química.
¿Cuál es el objetivo de la agricultura ecológica? El objetivo común de todas estas escuelas es que la actividad agraria sea sostenible (o perdurable), es decir, que pueda mantenerse indefinidamente en el tiempo satisfaciendo las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer su capacidad de satisfacer las de las generaciones futuras.
¿Por qué la agricultura química es insostenible? El abonado químico tiene consecuencias negativas sobre la fertilidad del suelo; el tratamiento con fitosanitarios de síntesis desequilibra las relaciones entre las plagas y enfermedades y sus enemigos naturales; ambos afectan negativamente a la capacidad de las plantas de resistir ataques de plagas y enfermedades y condiciones de stress (sequía, temperaturas extremas, etc). El monocultivo y la falta de biodiversidad agravan todos estos problemas, además de tener consecuencias sociales y económicas indeseables. Por otra parte, los insumos que emplea la agricultura química consumen recursos no renovables. La agricultura química representa además una grave causa de contaminación.
¿Por qué, si la agricultura química es insostenible, se ha extendido tanto y se lleva tanto tiempo practicando? La agricultura química no se implantó a gran escala más que después de las dos guerras mundiales, cuando los países beligerantes desarrollaron espectacularmente la industria de fabricación de nitratos, base de la industria de explosivos. Acabada la guerra, para que no quedara capacidad ociosa, se destinó el excedente a fertilizantes para la agricultura. La demanda de la agricultura por fertilizantes químicos nunca hubiera impulsado por sí sola esta tecnología, pero una vez desarrollada la capacidad productiva y creada la oferta, había que mantener y aumentar la demanda. La industria de los plaguicidas de síntesis también comenzó como una tecnología con finalidad bélica a la que posteriormente se le dio una aplicación agrícola.
¿Por qué el abonado químico tiene consecuencias negativas sobre la fertilidad del suelo, siendo así que las plantas toman los nutrientes del suelo en forma mineral? Los abonos químicos aún en pequeña cantidad interfieren negativamente sobre la actividad de los microorganismos del suelo, responsables de la formación del humus (fundamento de la estructura física del suelo y de su capacidad para almacenar nutrientes) a partir de la materia orgánica, de la solubilización de los nutrientes y de su absorción por las raíces de las plantas.
¿Qué otras consecuencias negativas tiene la falta de materia orgánica en el suelo? La falta de materia orgánica en el suelo favorece la proliferación excesiva de microorganismos patógenos (hongos, bacterias y nemátodos) responsables de enfermedades en las raíces. Los suelos pobres en materia orgánica tienen una estructura física frágil y tienden fácilmente a encharcarse. En situaciones de sequía, su capacidad de almacenamiento de agua se ve así mismo reducida.
¿Por qué los fitosanitarios de síntesis desequilibran las relaciones entre las plagas y enfermedades y sus enemigos naturales? En un agrosistema estable las plagas (insectos y ácaros) y enfermedades (hongos, bacterias y nemátodos) están en equilibrio con sus enemigos naturales (otros insectos, ácaros, hongos, bacterias y nemátodos que los parasitan). Los fitosanitarios de síntesis acaban con estos enemigos naturales, lo que finalmente causa una proliferación más rápida y descontrolada de las plagas y enfermedades.
¿Qué otra consecuencia tiene el empleo reiterado de fitosanitarios de síntesis? Que plagas, enfermedades y malas hierbas adquieran resistencias por selección natural, con más rapidez cuanto mayor sea esa presión de selección, de forma que los fitosanitarios sean cada vez menos efectivos.
¿Por qué el abonado químico y los fitosanitarios de síntesis afectan negativamente a la capacidad de las plantas de resistir ataques de plagas y enfermedades y condiciones de stress? Los agrotóxicos y los abonos minerales solubles interfieren en el metabolismo vegetal, alterando la concentración de nutrientes en la savia y favoreciendo por tanto la sensibilidad de la planta ante los ataques de insectos, ácaros, hongos, bacterias y virus; y bloqueando su capacidad de producir sus propias toxinas específicas contra esas enfermedades, o sus mecanismos de defensa contra las condiciones de stress.
¿Por qué son tan nefastos los monocultivos y la falta de biodiversidad? El abandono de las rotaciones de cultivo favorece la proliferación de las plagas y enfermedades específicas de esa especie o familia objeto de monocultivo, y que los suelos queden esquilmados en aquéllos nutrientes de los que esa especie o familia sea particularmente exigente. Por el contrario, en un agrosistema diverso las diferentes especies pueden favorecerse unas a otras por albergar a los enemigos naturales de las plagas y enfermedades que afectan a sus vecinas, sin competir excesivamente entre sí por los mismos nutrientes o espacio, de la misma manera que un ecosistema natural (por ejemplo un bosque primario) es más estable cuanto más diverso.
¿Qué consecuencias sociales y económicas indeseables tienen los monocultivos? Los monocultivos repercuten negativamente sobre la rentabilidad económica de las pequeñas y medianas explotaciones agrarias, incapaces de competir con las grandes, sobre la estabilidad social de las comunidades campesinas y sobre la soberanía alimentaria de los pueblos. De ahí que la moderna Agroecología estudie los sistemas agrícolas desde una perspectiva no sólo agronómica y ecológica, sino también socioeconómica, como parte de la sostenibilidad (o perdurabilidad) tomada en un sentido amplio.
¿Por qué, si la Agroecología estudia los sistemas agrícolas desde una perspectiva socioeconómica, y si promueve la soberanía alimentaria, existen certificaciones de productos ecológicos que amparan mercancías transportadas desde otros continentes, producidas por empresas cuyo objetivo es la exportación? Mientras las comunidades campesinas y los agricultores ecológicos tengan que competir en un mercado global, no tienen más remedio que servirse de las mismas armas que se emplean contra ellos. Si renuncian a producir para la exportación, estarán en inferioridad de condiciones (aún más) frente a la gran agroindustria.
¿Por qué los insumos que emplea la agricultura química consumen recursos no renovables? Los abonos nitrogenados que emplea la agricultura química se sintetizan a partir de hidrógeno y nitrógeno atmosférico empleando grandes cantidades de energía fósil; el hidrógeno a su vez se sintetiza mayoritariamente a partir del gas natural. Los abonos fosforados a su vez se extraen de yacimientos menguantes. La escasez de petróleo, gas natural y fosfatos ya se ha puesto de manifiesto, y se refleja en el precio creciente de los abonos químicos.
¿Por qué la agricultura química representa una grave causa de contaminación? Aparte del negativo efecto sobre la capa de ozono de ciertos fitosanitarios de síntesis, como el bromuro de metilo, o de la contribución al calentamiento global de los abonos nitrogenados (en cambio la fertilización orgánica contribuye a la captura de CO2), la industria de la química de síntesis es responsable de haber inventado materias como los organoclorados, o como los organofosforados, que no existían antes en la naturaleza (o solo de forma anecdótica), contra los que el metabolismo de los seres vivos no dispone de ningún mecanismo de defensa: por eso son tan tóxicos y tan persistentes. Los organoclorados son especialmente propensos a acumularse a lo largo de las cadenas alimenticias, y tienen efecto, aún a pequeñísimas concentraciones, como disruptores endocrinos.
¿Son completamente inocuos los productos naturales que emplea la agricultura ecológica en la lucha contra plagas y enfermedades? Las plantas y los microorganismos producen sus propios venenos para defenderse de las plagas y las enfermedades, y muchos de ellos son empleados como fitosanitarios en la agricultura ecológica. Que un producto sea de origen natural no significa necesariamente que sea completamente inocuo. No obstante, los productos naturales llevan millones de años presentes en la naturaleza y el metabolismo de los seres vivos ha tenido tiempo de evolucionar y adaptarse a ellos.
¿Qué necesidad hay en agricultura ecológica de emplear fitosanitarios, aunque sean naturales? La lucha contra plagas y enfermedades se basa principalmente en prácticas culturales que promuevan la biodiversidad y el equilibrio entre plantas, insectos y microorganismos. Sólo excepcionalmente se debería recurrir a los fitosanitarios, aunque sean naturales. Muchos agricultores, de hecho, nunca o rara vez tienen necesidad de emplearlos.
¿Por qué, si la agricultura ecológica tiene base científica, dedican tanto interés los agroecólogos al estudio de las prácticas agrarias tradicionales? Parte del enfoque agroecológico es establecer un diálogo de saberes entre el conocimiento tradicional de los agricultores y la ciencia moderna. Los campesinos de todo el mundo durante miles de años perduraron cooperando con la naturaleza. Por ello los agoecólogos promueven la investigación participativa, a fin de averiguar el fundamento científico de esas prácticas agrarias de las que la experiencia de siglos ha demostrado su sostenibilidad.
¿Por qué, si la agricultura ecológica tiene base científica, hay agricultores ecológicos que elaboran pociones “mágicas” y siembran según un calendario basado en las fases de la Luna y su posición en el zodiaco? El hecho de que un conocimiento no sea científico no significa necesariamente que sea falso. Hay fenómenos en el mundo que son verdaderos, pero que no pueden ser por ahora demostrados de forma científica: no son cuantificables ni medibles, ni pueden ser reproducidos experimentalmente de forma que quien no se los crea los pueda comprobar objetivamente por sí mismo, ni han sido formuladas leyes los que expliquen. De unos puede esperarse que alguna vez sean demostrados científicamente, si se llegara a poder medir, cuantificar y reproducir esas energías de las que esos fenómenos dependen; de otros no, por su naturaleza subjetiva (dependen de que el interesado crea en ello) o por no poderse reproducir (caso de las posiciones de la Luna y los planetas).
Escrito por Juanjo Triana, visita su blog La Cazoleta de Samarines