Uno de cada tres ríos españoles está contaminado por glifosato
CÉSAR-JAVIER PALACIOS 02 DE MARZO DE 2018
Se supone que el glifosato es el herbicida perfecto, el de más amplio espectro y el más inocuo y seguro de todos ellos para personas, animales o el medio ambiente. Pero es mentira. La Organización Mundial de la Salud lo ha clasificado como “un probable carcinógeno para los seres humanos”. La Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA) lo considera no cancerígeno pero sí una sustancia tóxica para la vida acuática.
En muchas ciudades, el glifosato se echa en aceras y calles para eliminar las malezas que crecen en cunetas y grietas del pavimento. En estos casos, como la tierra no puede absorber el veneno, hasta un 24 % del herbicida puede escurrir hasta el agua de drenaje. Otras veces se emplea masivamente en carreteras para controlar la vegetación de las cunetas, cayendo el herbicida directamente en sotos fluviales e incluso ríos.
El diputado de EQUO, Juantxo López de Uralde, presentó una pregunta parlamentaria tras la publicación de un informe de la organización Ecologistas en Acción sobre la presencia de glifosato en las aguas de los ríos. La respuesta oficial del Ministerio confirma la presencia del glifosato en al menos el 30 % de los ríos españoles y en el 5% de las subterráneas. Pero dicen las autoridades que no nos preocupemos, que son cantidades muy pequeñas. Y añaden: “No existen masas de agua en riesgo o que no alcanzan el buen estado como consecuencia de la presencia de glifosato”.
El partido verde califica de “tendenciosa” la respuesta del Gobierno, especialmente teniendo en cuenta los datos ofrecidos sobre las diferentes cuencas analizadas. Mientras que el informe de la organización ecologista presenta los datos por concentración, los datos del Gobierno se refieren únicamente a promedios anuales. Esto significa que en lugar de presentar los datos más desfavorables, lógico al tratarse de un contaminante, se presentan valores medios en los que las altas concentraciones de tóxicos quedan diluidas.
Por ejemplo, explica EQUO, mientras que para la cuenca del Júcar el informe de Ecologistas habla de concentraciones de 0,13 a 3,6 microgramos por litro, los datos del Gobierno solo reflejan una media del 0,39 microgramos por litro, 10 veces menos que la concentración máxima detectada.
Para EQUO, esta manera de presentar los datos distorsiona la realidad. Y pone un ejemplo. Seguramente los datos medios de la contaminación por el pesticida lindano en España sean muy bajos, pero las mediciones en el embalse de Oiola (Bizkaia) o en el río Sabiñánigo (Huesca) presentan parámetros muy altos de contaminación, peligrosos para la salud humana.
Según Juantxo López de Uralde, “aunque pretenda enmascararlos presentándolos como concentraciones medias, lo cierto es que los datos del Gobierno confirman contaminación por glifosato en el 30% de los ríos españoles analizados. Estos datos están en línea con otros informes que muestran la amplia presencia del glifosato en el medioambiente”.
Así mismo, la respuesta del Gobierno señala que al no estar incluido el glifosato en la lista de sustancias de la Directiva Marco del Agua de la UE, no se aplica una norma de calidad ambiental a las masas de agua superficiales, por lo que se considera que no están contaminadas por este herbicida.
“Que esta sustancia no esté incluida en una lista, no significa que no presente un riesgo para la salud humana. Probablemente porque estamos hablando de un lobby muy poderoso cuya influencia impide su inclusión”, ha declarado López de Uralde.
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Más información: Ríos hormonados. Amplia presencia de plaguicidas disruptores endocrinos en los ríos españoles. Ecologistas en Acción y PAN Europe (2018).