Informe RENOVABLES AQUÍ SÍ

Un estudio muestra que toda la potencia renovable proyectada cabe en zonas ya alteradas, sin sacrificar nada más.

Ante el proceso exprés en renovables que plantea la Comisión Europea con el peligro de una gran regresión medioambiental, ALIENTE y el Observatorio de Sostenibilidad indican en un informe suficiente disponibilidad de zonas antropizadas para fotovoltaicas con el mínimo impacto ambiental.

Aseguran que así la Transición energética sería sostenible, distribuida y eficiente, y que “no es necesario sacrificar zonas agrícolas, forestales y paisajes solo por el interés de grandes empresas”.

https://aliente.org/informe-renovables-aqui-

El estudio “Renovables sostenibles: fotovoltaica” de la Alianza, Energía y Territorio (ALIENTE), desarrollado por el Observatorio de Sostenibilidad, constata que en España existen superficies antropizadas suficientes para instalar 181 GW, que producirían más de 272.037 GWh/año en energía fotovoltaica, unas cifras que son superiores al consumo anual que se produjo en España en el año 2021, de 259.905 GWh. De esta forma, concluyen que es posible desarrollar un importante avance en la producción de energía fotovoltaica con un mínimo impacto ambiental, asegurando una transición verdaderamente sostenible y eficiente, y respetando los procedimientos de evaluación de los efectos que esta industria tiene sobre el medio ambiente.

El informe revela que existen más de 300 mil hectáreas en tipos de superficie como tejados y cubiertas, zonas industriales, vertederos, escombreras, minas abandonadas, zonas aledañas a infraestructuras de autovías, autopistas y vías férreas, canales al aire libre e invernaderos ya consolidados como los de Almería, en los que sería posible instalar fotovoltaica. En los datos se excluye toda la superficie declarada Zona Importante para los mamíferos ZIM, Áreas importantes para la conservación de las aves IBA, reservas de la biosfera MAB, y todas las áreas de la red Natura, ZEPAS y LICS, para preservar ecosistemas productivos o de gran valor para la biodiversidad.

Según se detalla en el informe, cuyos resultados están cartografiados en soporte digital y permite obtener la información desglosada a escala provincial, comarcal o municipal, en tejados y cubiertas de edificios y naves habría un 57% de superficie disponible para instalar fotovoltaicas, en invernaderos un 17%, en infraestructuras mineras un 16%, en la red viaria un 5%, un 3% en canales, el 1% en vertederos y escombreras y en ferrocarril, y el resto hasta completar la producción de la energía necesaria estaría ubicado en zonas industriales.

Las comunidades autónomas con mayor superficie susceptible de instalar fotovoltaicas en zonas antropizadas son Andalucía (26%), Cataluña y Castilla y León (11%), Comunidad Valenciana (9%), Castilla-La Mancha y Madrid (7%), Murcia (6%), Aragón (5%), Galicia (4%), Extremadura, País Vasco y Canarias (3%), Navarra (2%), Asturias, Baleares, Cantabria y La Rioja (1%). Las comunidades con mayor superficie artificial e industrial para instalar tejados solares (incluyendo edificios residenciales, naves industriales, colegios, polideportivos, edificios públicos o centros comerciales –donde es más fácil y barato intervenir– ) son Andalucía (15%), Cataluña (14%), Castilla y León (12%), Comunidad Valenciana (11%), Madrid (10%), Castilla-La Mancha (8%) y Galicia (5%). Analizando casos límites para asumir el balance producción/consumo por CCAA se observa como Madrid por ejemplo, tendría un 84% de superficie artificial en tejados y azoteas, zonas industriales, aeropuertos, estadios de futbol, etc.. mientras Andalucía tendría por ejemplo tan solo un 34% en ese tipo de superficies, pero obtendría un 44% de superficie en invernaderos que sería susceptible de poner placas fotovoltaicas.

Atendiendo a estos datos, sería posible solucionar el histórico déficit de producción de energía renovable en comunidades autónomas que son grandes consumidoras, como el País Vasco, Cataluña o la Comunidad de Madrid. También demuestra que la supuesta falta de superficie disponible en entornos urbanos no es cierta.

Rechazan el Reglamento europeo para acelerar renovables

En ALIENTE defienden que “no tiene ningún sentido y es totalmente insostenible” la actual política de instalar paneles solares en campos de cultivos y ecosistemas forestales, y es muy alarmante la propuesta de la Comisión Europea con el reglamento para acelerar los procesos de implantación de renovables, una decisión que pretende votar el 13 de diciembre solo por los ministros de energía para que entre en vigor al día siguiente.

Destacan que si se quiere acelerar la implantación debe hacerse sobre los suelos antropizados porque hay espacio de sobra, “es inadmisible que fomenten la mayor degradación medioambiental de la historia”. Consideran que cualquier proceso express debería encaminarse a dirigir a las empresas a implantar las renovables en las zonas antropizadas, que son las que se señalan en este informe. De tal forma, proponen que se establezca una moratoria en la instalación de nuevas plantas fotovoltaicas en el territorio para situarlas en zonas sin impacto ambiental, ni espacios naturales, ni superficies de uso agrícola, ni paisajes donde el sector turístico rural es el motor de empleo.

Otro modelo de renovables, sostenible, distribuido y eficiente

Indican que los datos recogidos en este informe refrendan la premisa que defienden “Renovables Sí, Pero No Así” con la que exigen otro modelo de implantación de energías renovables, que evite graves impactos ambientales y también sociales, para no condenar al sacrificio a una gran parte de los territorios del país. Además, de esta forma se acercará los puntos de producción y consumo de la energía, evitando grandes pérdidas de energía en el transporte e incrementando su eficiencia, al tiempo que evitando otros graves impactos con las largas líneas de alta tensión para la evacuación.

Concluyen que la implantación de fotovoltaicas puede ser distribuida, eficiente y sostenible, además de reducir la importación de combustibles fósiles, disminuir emisiones de gases de efecto invernadero y no tener un impacto sobre la biodiversidad ni los territorios. Consideran que también se hubiera podido reducir el precio de la electricidad.

Por su parte, Fernando Prieto, del Observatorio de Sostenibilidad, indica que “si se hubiera empezado por los tejados, se podría haber conseguido mayor implantación de solar fotovoltaica hasta ahora, y el impacto ambiental hubiera sido mínimo”y que solo así esta “evolución energética favorecerá por primera vez a los ciudadanos y a las pymes”. También incide en que “es inteligente el poner las renovables donde no hay impacto y permite asignar usos del territorio según su capacidad, además de empezar a poner racionalidad en el desorden actual de implantación de renovables en España”.

Desde ALIENTE resaltan que es fundamental y urgente agilizar la concesión de ayudas para el autoconsumo desde las comunidades autónomas, eliminar las trabas de conexión a la red para excedentes, y fomentar las comunidades energéticas agilizando sus trámites. “Es vergonzoso e injustificable que no se fomenten estas medidas y en cambio se pretenda permitir una gran degradación medioambiental con la especulación de grandes fondos de inversión, saltándose las leyes españolas , europeas y convenios internacionales”. En el informe se expone cómo en muchos países ha sido posible acelerar estos procesos cumpliendo los objetivos de generación de energía.

ANA es una de las organizaciones constituyentes de ALIENTE:

Resumen ejecutivo RENOVABLES SOSTENIBLES: FOTOVOLTAICA

https://aliente.org/wp-content/uploads/2022/12/Resumen_ejecutivo_RENOVABLES_SOSTENIBLES_FOTOVOLTAICA_ALIENTE.pdf

Informe completo RENOVABLES SOSTENIBLES: FOTOVOLTAICA

https://aliente.org/wp-content/uploads/2022/12/ALIENTE_RENOVABLES-SOSTENIBLES-FOTOVOLTAICA.pdf

Dejar de importar deforestación

Dejar de importar deforestación: una obligación del Gobierno de España

Tribuna de opinión publicado por: Redacción EFEverde 5 de diciembre, 2022

Frenar la deforestación es imprescindible para detener el cambio climático y la crisis de biodiversidad. Pero proteger los bosques de la deforestación es también sinónimo de estabilidad para una economía que pone la vida en el centro, como  señala el informe ‘El estado de los bosques del mundo 2022’ de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO): “No habrá una economía saludable sin un planeta sano”.

Y si atendemos a las últimas llamadas para la movilización política y social contra la destrucción de los ecosistemas forestales, podemos entender que estamos ante un momento clave de la historia para afrontar el reto de la protección de los bosques y sus habitantes. Lo vemos en un par de ejemplos cercanos: La felicitación de Pedro Sánchez a Luiz Inácio -Lula- da Silva por su victoria electoral en Brasil bien podría ser el lema de un movimiento de defensa de los derechos humanos: “Trabajemos juntos por la justicia social, la igualdad y contra el cambio climático”. Y el mismo Lula ha proclamado recientemente desde la Cumbre del Clima su firme propósito de acabar “con el proceso de degradación que están viviendo nuestros bosques tropicales».

Y es que luchar contra la deforestación de la Amazonía, a la vez que proteger a las poblaciones que lo habitan, ha sido una de las principales propuestas de campaña del ahora presidente electo. Pero, ¿qué papel está jugando Europa en la deforestación y su prevención? Es más: ¿Qué pueden hacer Europa y España ante un Lula vencedor y su proclama “Deforestación Cero”? 

Los bosques y otros ecosistemas forestales proporcionan  servicios ambientales fundamentales para la vida, como albergar biodiversidad, suministro de materias primas, contribuir a mantener un clima estable, proporcionar aire limpio, y desempeñar un papel fundamental en la purificación de las aguas y los suelos, así como en la retención de agua. El factor que más influye en la deforestación y la degradación forestal es la expansión de las tierras agrícolas -en torno al 80%- para obtener materias primas como la carne de vacuno, la madera, el café o el cacao y otras que se destinan a agrocombustibles o alimentación animal, como el aceite de palma o la soja. Productos que la Unión Europea importa en ingentes cantidades, siendo  el segundo importador mundial de estas materias primas, solo por detrás de China. Por eso es cuestión vital que se garantice una importación libre de deforestación. También, por supuesto, por otros impactos derivados o relacionados con la deforestación: el acaparamiento de tierras o la violencia contra las comunidades indígenas.

La Comisión Europea ha dado un primer paso importante para abordar este problema presentando un borrador de reglamento con el objeto de evitar importaciones que provengan de suelos deforestados. Transcurrido un año desde que la Comisión Europea presentara su propuesta de texto legislativo, el Parlamento Europeo aprobó de forma abrumadora el pasado 13 de septiembre una posición más ambiciosa aún contra la importación de productos que implican deforestación. 

Fue un voto histórico y en línea con la opinión de 9 de cada 10 consumidores españoles, que no quieren en su cesta de la compra productos que causan deforestación. Una gran mayoría de eurodiputados -entre ellos, todos los de PSOE, PP, Unidas Podemos y Ciudadanos-, votaron a favor de proteger los bosques del mundo y a las comunidades indígenas que viven en ellos.

Frenar la deforestación y la degradación forestal contribuirá sin duda a combatir los dos problemas medioambientales más importantes de nuestra era: el calentamiento global y la pérdida de biodiversidad. 

De los Estados miembro de la UE, España es el tercero con mayor consumo de productos vinculados a la destrucción de los bosques, de ahí que el papel del ejecutivo español sea decisivo. Este acuerdo político y social está a un paso de ser una realidad, pero solo será un verdadero acuerdo si el Gobierno de España respalda la propuesta del Parlamento Europeo y se aprueba finalmente una ley que garantice una importación libre de toda deforestación. 

Para ello será necesario que acepten que en su ámbito de aplicación se incorporen otras materias primas como el caucho, el maíz u otros productos cárnicos, además de que no se limite a los bosques y se amplíe a otras zonas boscosas que sufren el avance de los monocultivos y que por otro lado permitiría seguir protegiendo los sistemas silvopastorales de las dehesas mediterráneas. En cuanto a la protección de los derechos de las comunidades locales e indígenas, es imprescindible que se acepte la inclusión de normas básicas como la Declaración de Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas o el Convenio 169 de la OIT sobre pueblos indígenas y tribales que permitiría alcanzar un equilibrio adecuado entre el objetivo político del reglamento, los derechos más relevantes para la producción de productos básicos y la «aplicabilidad» para los operadores. 

La actual negociación es una oportunidad única para que el Gobierno de España muestre su liderazgo y apoye una ley que garantice que los productos que importamos estén libres de deforestación. Porque la deforestación también es cambio climático, y no habrá una lucha sin la otra.

Firmantes:  Maite Serrano Oñate, directora de La Coordinadora de ONGD – Eva Saldaña Buenhache, directora Ejecutiva de Greenpeace España – Blanca Ruibal, coordinadora de Amigos de la Tierra – David Sánchez Carpio, director de la Federación de Consumidores y Usuarios CECU – Carlos Bravo Villa, representante de Mighty Earth en España – Sara Acuña Romero, coordinadora de Ecologistas en Acción – Alberto Abad Adelarpe, presidente de la Coordinadora Estatal de Comercio Justo – Juan Carlos del Olmo, Secretario General de WWF España – Asunción Ruiz, Directora de Sociedad Española de Ornitología SEO-Birdlife

Biodiversidad sin excusas

ANA apoya la carta del mundo científico “Biodiversidad sin excusas”, por ello, en el día de hoy, se ha remitido un correo de apoyo mostrando nuestra satisfacción por la iniciativa y deseando la consecución del objetivo. De igual forma hemos pedido a otros colectivos con los que mantenemos relaciones que hagan lo mismo.

El próximo 13 de diciembre de 2022 se reúne el Consejo de la Unión Europea para decidir si aprueba el reglamento de aceleración del despliegue de las renovables que reduce los controles ambientales de los planes y proyectos energéticos.

Profesionales del desarrollo científico están pidiendo a las Instituciones Europeas y a los ministros de energía de la Unión Europea que no reduzcan los controles existentes de la protección de la biodiversidad, ni siquiera para acelerar el despliegue de las energías renovables.

Con esta iniciativa que han llamado “Biodiversidad sin excusas”, estas científicas y científicos dicen textualmente: “Los que trabajamos para aumentar el conocimiento científico y aplicarlo en las políticas públicas queremos llamar la atención sobre la responsabilidad inter-generacional que tenemos como sociedad y la necesidad imperiosa de no dar ningún paso atrás en la protección de la biodiversidad, ni siquiera para el despliegue de las energías renovables. No debemos proteger un bien dañando otro.”

En definitiva y en la carta que han elaborado llegan a la conclusión de que “La implantación de las energías renovables puede llevarse a cabo sin poner en peligro la biodiversidad.” En este enlace que copiamos más bajo puede leerse la Carta abierta (en castellano y en inglés):

https://sinexcusa.org/

Sobre este mismo asunto ANA envío una carta, hace unos días, a la Vicepresidencia Tercera del Gobierno – Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, pidiéndole a Teresa Ribera que no apruebe dicho Reglamento en el Consejo extraordinario de Energía de la U.E.

Hay que recordar que ANA forma parte de ALIENTE y de la Plataforma para una Transición Ecológica Justa, desde donde estamos defendiendo el lema “Renovables Sí, pero No así”.

Día Mundial del Suelo 2022

Desde ANA, aprovechando el Día Mundial de los Suelos, hoy  5 de diciembre, mostramos nuestro apoyo a la Red de Investigación por los Suelos que se lleva a cabo entre las universidades de Sevilla, Córdoba y Málaga,  reivindicando el suelo como patrimonio natural.

El suelo no solo nos proporciona el 95% de los alimentos que consumimos, sino que silenciosamente también nos aporta casi todos los servicios y las funciones de los ecosistemas necesarios para la existencia de la vida sobre la Tierra.