Su construcción es seguramente de la primera mitad del siglo XVI. Fue mandada hacer por el duque de Medina Sidonia en las cercanías de otra torre anterior ruinosa, la de Conilejo, situada a levante. Está situada en El Prado, a unos 2,5 km al sur del casco urbano de Conil de la Frontera.
HISTORIA
Castilnovo poseía, desde su construcción, una doble función: era torre vigía de la costa y también atalaya para la almadraba de vista que se caló en dicho paraje durante el siglo XVI, sin continuidad, y durante los primeros años del siglo XVII.
En origen fue una pequeña fortaleza, que durante el siglo XVI estuvo dotada de una pieza de artillería, y que defendía la costa de los ataques berberiscos norteafricanos, comunicándose con la Torre de Meca y con el castillo de Conil mediante almenaras y ahumadas, pero que también se utilizaba como atalaya para avistar atunes. Tenía un cercado en torno a ella para acoger a los que andaban al servicio de la almadraba, con algunas casas de bóveda para acoger a mercaderes y guardar bastimentos. La pequeña fortaleza tenía alcaide, con voz y voto en el cabildo de Conil, y así fue hasta mediados del siglo XVIII, cuando el maremoto de 1755 destrozó el recinto, del que sólo quedaría en pie la torre.
DESCRIPCIÓN
Se trata de una construcción excepcional en nuestro litoral por su gran volumen, altura y función residencial complementaria. Su planta es cuadrada, con caña ligeramente trapezoidal, de 8,5 m de lado en su base y 21 m de altura, distante de la orilla del mar unos 100 m. Está labrada con mampuesto menudo y alargado dispuesto en hiladas, trabada con mortero de cal, reforzándose sus cuatro esquinas con sillares bien dispuestos. Exteriormente se compone de dos cuerpos de similares dimensiones, separados por imposta y un parapeto retranqueado para la defensa en su terrado o azotea, donde quizás se ubicase una espadaña, con campana para llamar a rebato y también al servicio de la pesquería. Se reconocen al menos cuatro niveles de habitación, cada uno de ellos con un vano abierto al mar, resolviéndose los tres superiores con arco de medio punto con rosca de ladrillo, y el inferior con dintel de piedra. El acceso a la torre se realiza por escalera de piedra adosada al muro, por la parte opuesta al mar. En el interior se adivina la existencia de forjados a diferentes niveles, a los que se accedía por el hueco de escalera, de sección circular, situado a la izquierda de la entrada. Actualmente no existen ni forjados, ni escalera, ni terrado.
Todavía es reconocible el perímetro de la fortaleza, en torno a un patio de forma rectangular, con doble muro o estancias adosadas, perfectamente reconocibles a nivel de suelo, con algo más de medio metro de altura en uno de sus lados. En sus proximidades existen ruinas de otras viejas construcciones.
Está declarada monumento (BIC) desde 1949.
(Nota: Texto extraído del Catálogo del Patrimonio Cultural – Natural del Litoral de La Janda, patrocinado por el Grupo de Desarrollo Rural de la Janda Litoral y coordinado por D. Antonio Muñoz Rodríguez) http://www.patrimoniojandalitoral.es/presentacion_coord.htm