ANA PRESENTA SUGERENCIAS AL PROYECTO PLANTA SOLAR FOTOVOLTAICA “PSFV ARCOS DE LA FRONTERA 1” PROMOVIDO POR LA EMPRESA ABEI ENERGY CSPV TWO, S.L. EN EL TÉRMINO MUNICIPAL DE MEDINA SIDONIA
ANA -Asociación Amigos de la Naturaleza- ha presentado ante la Delegación Territorial de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía en Cádiz un escrito de Sugerencias e Información de carácter ambiental a la Memoria Resumen del proyecto PLANTA SOLAR FOTOVOLTAICA “PSFV ARCOS DE LA FRONTERA 1″ de 49.990,00 kWp, 40.200,00 kWn, promovido por la empresa ABEI ENERGY CSPV TWO, S.L. en el término municipal de Medina Sidonia y que se ha presentado para Consulta Previa.
Socios
de ANA hemos examinado detenidamente la documentación presentada por la
empresa, también hemos visitado la finca en cuestión, y como consecuencia de
todo ello hemos elaborado nuestro escrito de sugerencias e información de carácter ambiental que tendrán que ser
tenidas en cuenta en la elaboración del
Proyecto y en el Estudio de Impacto Ambiental.
En ANA entendemos que es inadecuado y metodológicamente
imposible asegurar la viabilidad ambiental de esta instalación si no se une al
efecto combinado y sinérgico que proyectos paralelos van a tener en la comarca
de La Janda..
Hemos dejado claro que la contribución de la energía solar fotovoltaica a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero es algo necesario y que por tanto debemos fomentar, pero es del todo necesaria una planificación territorial y tecnológica que regule la implantación de este imprescindible recurso energético, su distribución ordenada, corregir impactos ambientales y sociales. Por ello desde ANA pedimos una moratoria hasta en tanto y en cuanto no se apruebe por parte de la Junta de Andalucía un Plan de Ordenación Territorial y Tecnológico.
Manifestamos que la ubicación elegida nada tiene que ver con el nombre, este dato y otros nos hace pensar que se estén tramitando proyectos tan importantes como éste con unas memorias técnicas que da la impresión que los técnicos que la suscriben ni siquiera han pisado la finca y tampoco se han preocupado nada por conocer datos esenciales de los terrenos, es más, parece que todo es un “Corta y Pega” de una “Memoria Tipo” que lo mismo sirve para una finca que para otra.
También
tenemos muy claro que el documento que hemos podido consultar tiene una
preocupante falta de contenidos e Informaciones básicas, e incluso se pueden encontrar
algunas contradicciones. Otra cuestión es que hay una ausencia total de
referencias a las determinaciones y afecciones del POTA, POT La Janda y PGOU de Medina Sidonia.
Los
problemas detectados en el documento son muy evidentes; La cartografía que se
incluye es insuficiente y tiene muy poca calidad / detalle; No se localiza la
subestación de conexión y se desconoce totalmente cual será el trazado de la línea
soterrada de alta tensión. Hemos observado una contradicción entre las
coordenadas que aparecen y su localización real. Se habla de una serie de áreas
que no están suficientemente localizadas y delimitadas en el esquema incluido
en la memoria.
Hemos
informado sobre la necesidad de cumplir con todas y cada una de las
disposiciones fijadas en la normativa urbanística de ámbito municipal: NNSS/PGOU.
Y hemos pedido que el vallado perimetral de las instalaciones debe ser
altamente permeable a la fauna silvestre y a los procesos ecológicos.
También hemos dejado constancia de nuestra preocupación por las cuestiones legales referente a la vida útil de la planta y hemos manifestado que sería necesario el cambio de clasificación urbanística de los terrenos de Suelo No Urbanizable a Suelo Industrial.
Para ANA es muy importante y así lo
hemos plasmado en nuestro escrito que la instalación fotovoltaica debe
compatibilizarse con la conservación de la biodiversidad y los usos
tradicionales, como el pastoreo controlado y en especial permitir la
recolección de espárragos, tagarninas, caracoles, etc., por parte de la
población local que desde tiempo inmemorial ha estado realizado estas labores.
También hemos dicho que se debe tener en cuenta la Estrategia de Paisaje de Andalucía que pone un énfasis especial en
el paisaje como un activo para el desarrollo sostenible y la competitividad de
Andalucía, capaz de contribuir a la creación de renta y empleo.
Finalmente hemos recordado en nuestro escrito, por su interés, las recomendaciones hechas públicas por la UNEF, Unión Española Fotovoltaica, manifestando que en la redacción definitiva de este proyecto se cumplan todas y cada una de ellas ya que, por lo que hemos visto, en la Memoria presentada la mayoría no se cumplen.
Y
hemos terminado SOLICITANDO
–
Una moratoria hasta en tanto y en cuanto no se apruebe por parte de la Junta de
Andalucía un Plan de Ordenación Territorial y Tecnológico y así poder proteger dos
bienes básicos que pueden estar amenazados: el suelo y el paisaje.
–
Que para la
elaboración del Proyecto y el Estudio de Impacto Ambiental del proyecto Planta Solar Fotovoltaica “PSFV
ARCOS DE LA FRONTERA 1”, ubicado en el término municipal de Medina Sidonia, se
tengan en cuenta las sugerencias e información que aportamos en nuestro escrito.
Y
nos hemos puesto a disposición de la Junta de Andalucía en Cádiz para cualquier
aclaración o explicación complementaria sobre las Sugerencias e Información que
hemos expresado.
Próximo domingo: IIª Marcha por larecuperación de las lagunas de La Janda
El próximo domingo 2 de febrero, coincidiendo con el Día Mundial de los Humedales, tendrá lugar la “IIª Marcha por la recuperación de las lagunas de La Janda”.
La
Janda fue la laguna más extensa de España y uno de los humedales
de mayor importancia ecológica de Europa, auténtico paraíso para las
aves migradoras, pero poderosos intereses económicos condujeron a que fuese
desecada para usos agrícolas en los años 60 del pasado siglo.
Estudios
jurídicos realizados tanto por la Universidad de Extremadura como por las
administraciones han desvelado recientemente que estas
lagunas, pese a su actual uso agrícola, siguen manteniendo su carácter
de dominio público y que se hallan ocupadas sin que exista
concesión alguna a favor de sus actuales ocupantes. Son más de
9.000 hectáreas de terrenos públicos, que cuentan con deslindes cuya
validez ha sido ratificada de modo firme por el Tribunal Supremo por lo
que, tras sucesivos requerimientos de las entidades convocantes de la
marcha, tanto la Junta de Andalucía como el Gobierno de España han
iniciado en 2019 sendos expedientes de investigación y recuperación del dominio
público.
La
Marcha puede realizarse a pie o en bicicleta por dos itinerarios que partirán simultáneamente
a las 10,15 h, el pedestre desde la pedanía vejeriega del Poblado Varelo, y el
ciclista desde Benalup-Casas Viejas. Ambas marchas confluirán sobre las 12:00 h
en el Puente de San Fernando sobre el Río Barbate, al borde de la antigua laguna de La Janda, donde se procederá a la lectura del
“Manifiesto por la Recuperación de las lagunas de la Janda” que ha
sido suscrito por más de una veintena de entidades medioambientalistas de la
provincia de Cádiz y el resto de España.
La
recuperación de La Janda está en marcha, esperemos que pronto sea una
realidad.
Entidades firmantes
del manifiesto y que se suman a la Marcha:
14KM Tarifa
AEMS-Ríos con Vida
AGADEN-Ecologistas en
Acción
Amigos de Gallocanta
Amigos de la Laguna de
la Janda
ANA, Asociación Amigos de la Naturaleza,
Comarca de La Janda
Asociación de Amigos
del Parque Natural de los Aiguamolls de l`Empordà
Asociación Gaditana de
Fotógrafos de Naturaleza (AGAFONA)
Asociación para la
defensa del camaleón y su entorno (ADECA)
Sergi Saladié, profesor de Geografía de la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona: “La actividad eólica no fija población, sino lo contrario; a más densidad, más despoblación”
Sergi Saladié es profesor del departamento de Geografía de la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona. Autor de una tesis doctoral titulada Paisaje y conflictos territoriales en las comarcas meridionales de Cataluña, ha analizado en profundidad el impacto económico generado en los presupuestos municipales por las centrales eólicas implantadas en Cataluña. Su investigación concluye que el beneficio económico que los parques eólicos dejan en España en los territorios donde se ponen en marcha ronda el 3,4% -frente al 33% de algunos países europeos como Francia- mientras que el impacto laboral es “prácticamente nulo”.
-Como experto fue invitado a una charla organizada en
Fuentespalda por Omezyma sobre los proyectos eólicos que se proyectan en la
provincia de Teruel. ¿Qué visión aportó?
-En Fuentespalda hablé de las conclusiones generales a las que
llegó en el estudio realizado en la tesis doctoral y en otro previo en el que
analicé la repercusión económica y laboral que tienen las centrales eólicas en
los municipios donde están instaladas. En esas conclusiones explico cómo ha
sido el proceso de implantación llevado a cabo en Cataluña, pero muy
especialmente en la provincia de Tarragona. Aunque, en general, el
procedimiento ha sido similar en todo el Estado, porque la legislación apenas
varía entre unas comunidades autónomas y otras.
-Usted ha estudiado dos casos
de la provincia de Tarragona como son los proyectos eólicos de las comarcas del
Priorat y de la Terra Alta. ¿Tan distintos son?
– En la comarca del Priorat la primera central eólica se puso en
marcha en 1998. Fue la segunda o la tercera que se puso en marcha en Cataluña.
En aquellos años incluso se vio a los parques eólicos como proyectos
singulares, aunque enseguida se puso en evidencia que era un modelo que no
convenía al territorio. Así fue como en el año 2000, en un momento en el que se
estaba proyectando la generación de otros 400 MW de energía eólica en la zona,
la gente de la comarca del Priorat se empezó a organizar. En ese momento se
dieron cuenta de que les iban a llenar las montañas de molinos.
-¿Qué proceso siguieron desde
el año 2000?
– En primer lugar, tomaron conciencia de que querían una
agricultura de calidad, un turismo y un paisaje de calidad y que ese modelo de
masificación eólica no encajaba con lo que querían. En 2001 hubo un acuerdo
comarcal que limitaba la implantación de parques eólicos en una zona concreta.
Impulsaron su propia Carta del paisaje dejando claro dónde no querían que
hubiera centrales, hubo un reconocimiento de patrimonio de la humanidad de su
paisaje, etc . Y hubo también concienciación en todo el territorio para que
todos fueran unidos defendiendo un modelo de paisaje en el que no entran los
molinos. A pesar de todo eso, no ha habido un reconocimiento normativo, pero ni
así siquiera se ha acabado instalado ninguna central eólica más.
-¿Por qué?
– Eso refuerza el hecho de que, aunque en el Priorat se pueda
realizar un parque eólico, cualquier empresa promotora ve que hay demasiado
enredo y demasiada organización social. Y es en esos momentos en los que las
empresas se retiran del territorio.
-Todo lo contrario que en la
Terra Alta.
-En la Terra Alta no hubo esta organización, sino que la
oposición fue fragmentada y aislada, el Consejo comarcal y las denominaciones
de origen no se posicionaron y las empresas tuvieron un campo abonado para
desarrollar sus proyectos. Así que, como conclusión podemos decir que, más allá
de las tramitaciones administrativas, los movimientos políticos, sociales e
institucionales son los que ayudan a que se implanten o no proyectos de
generación eólica.
-¿Qué diferencias ve con los
proyectos de energía solar?
-Los procedimientos son parecidos, pero el impacto es menor,
porque las placas van en la tierra y los agentes que intervienen en estos proyectos
no son grandes compañías eléctricas. En la eólica, el 66% de esta energía está
en manos de la patronal eléctrica, es decir, de las seis compañías eléctricas
más grandes, las de siempre. En la solar está todo más atomizado, hay más
iniciativas, muchísimo más pequeñas, de particulares y alguna empresa que ha
ido invirtiendo.
-¿Qué características comunes
tienen los proyectos eólicos que se han implantado en Cataluña y que ha
estudiado en su tesis?
-En el caso de Cataluña, podemos decir que el 80% de los pueblos
que han recibido proyectos eólicos son municipios con menos de 1.000
habitantes, donde no hay impulso económico, con una tasa envejecimiento
elevada, pueblos de base agraria, con rentas bajas… Es un patrón que se
repite. Y este es uno de los argumentos que no dicen las empresas promotoras
pero que les sirve para justificar porqué proyectan implantarse en determinados
lugares: son zonas poco pobladas, envejecidas, con rentas bajas, que discutirán
poco, que debatirán y lucharán poco, porque entienden que cualquier cosa que
venga de fuera será aceptada sin conflicto. Este mismo patrón se repite en el
Matarraña y en el Maestrazgo.
-¿Los proyectos eólicos
generan empleo?
-De todos los estudios hechos, se ve que las repercusiones en
generación de empleo en Cataluña son escasas. Esas empresas aportaron en torno
al 3,4% de su facturación. Si eso lo comparamos con otros países de
Europa, vemos que el porcentaje es bajo. Por ejemplo, en Dinamarca, la
ley obliga a que en cada proyecto eólico haya una participación del 25% de los
municipios o territorios donde se instalan los parques, mientras que en Francia
las empresas están obligadas a repercutir el 33% de su facturación de forma
directa en las zonas receptoras de parques eólicos.
-Nada que ver con lo que
ocurre en España.
-Estamos a años luz de este desarrollo avanzado, aparte de que
en los países europeos se promueve una energía eólica descentralizada en la que
cada territorio es dueño de sus parques eólicos. Las tasas de reversión
económica allí son más altas que aquí. En los casos que he estudiado en
Cataluña, el impacto que tiene la energía eólica sobre los presupuestos
municipales cubre el 15% de los ingresos, y eso no es una aportación
excesivamente alta. Más bien es testimonial. Y los ayuntamientos que han
registrado crecimientos presupuestarios que representaban el 50% de sus
ingresos son aquellos en los que más instalaciones se han puesto en
marcha
-¿Cuánto empleo se puede
esperar de los proyectos eólicos?
-El impacto en empleo es cero. Desde el momento en el que se
ponen en marcha las centrales eólicas, la gente que trabaja en ellas representa
el 0,3% de la población ocupada y haciendo una estimación de los proyectos
presentados en la Comarca del Matarraña, en el mejor de los casos saldrían 10 empleos.
No son suficientes empleos para compensar el impacto que puedan provocar en el
paisaje. Por tanto, tienen una repercusión en generación de puestos de
trabajo muy baja, con un impacto testimonial.
-¿No ayuda entonces a terminar
con el problema de la despoblación?
-En esta cuestión de la despoblación insisten mucho tanto los
promotores como las administraciones públicas, que dicen que la energía eólica
contribuirá al reequilibrio territorial. Bien, pues a raiz de los casos
estudiados en Cataluña y en la provincia de Tarragona podemos decir que la
actividad eólica no fija población, sino más bien al contrario, puesto que
incluso hay una relación entre más densidad eólica y más despoblación. Los
pueblos que tienen más molinos pierden más población, por tanto los proyectos
eólicos no contribuyen a fijar los mínimos poblaciones por ponerse en marcha.
-¿Tiene datos concretos que
demuestren esa correlación?
-Sí. La comarca de la Terra Alta, al lado del Matarraña, es la
que tiene más potencia eólica instalada de toda Cataluña, en torno al 25% del
total. Esa comarca es la que desde 2008, cuando se pusieron en marcha los
parques, a 2018 ha perdido más población. Actualmente, tiene un 10,7% menos de
habitantes que hace una década. Su pérdida de habitantes es incluso superior a
comarcas del Pirineo o del Prepirineo que solían ser las que más población
perdían y que están en niveles del 8-10%. Si esa actividad fuera tan buena para
el territorio, la gente no se marcharía. Igualmente, podemos decir que el
municipio que más densidad de aerogeneradores tiene, Caseres, es el que más
habitantes ha perdido desde 2008: un 20%. De esta manera, si el municipio con
más aerogeneradores y con más potencia eólica instalada de todos pierde más
población que otros, se puede decir que las grandes centrales eólicas no
contribuyen al equilibrio territorial.
-Los aerogeneradores que se
proyectan instalar en la Comarca del Matarraña son de 6 MW de potencia y de
unos 115 metros de altura. ¿Cómo pueden repercutir en el paisaje?
-Los que se proyectan para el Matarraña son más potentes que los
instalados en la Terra Alta, que tienen de 2,5 MW, y más altos, el doble. En
cualquier caso, habrá que ver si los acaban colocando, porque lo que se ha presentado
es una previsión de futuro. La empresa promotora está previendo la puesta en
marcha del proyecto eólico para un plazo de cuatro a seis años, un tiempo
suficiente para que esos aerogeneradores estén en el mercado. Si fueran
estos, con menos molinos, la empresa tendría la misma potencia instalada. Lo
que pasa es que son más altos, así que el campo de afección visual es mucho
mayor.
-¿Ha analizado los beneficios
a particulares?
-No me he centrado en esa cuestión. Las empresas, aparte del IBI
y del IAE a los Ayuntamientos, así como los eventuales convenios que puedan
firmar, hacen también contratos con los propietarios particulares de las fincas
en los que van colocados. No he estudiado esta parte, pero sé que suele ser la
mitad de lo que ingresan los ayuntamientos. En mi estudio, si un ayuntamiento
solía ingresar unos 5.000 euros por megavatio, un particular podía estar en
torno a los 2.500 o 3.000 euros por megavatio.
-Beneficios brutos, en todo
caso.
-Sí, son beneficios en bruto a los que hay que restar los
impuestos correspondientes, el IVA, el cambio de tributación en la declaración
de la renta debido a esos ingresos extraordinarios, etc. Sería interesante que
se hiciera ese estudio para ver cuál es el beneficio real que estas centrales
eólicas generan sobre la población. De hecho, normalmente los propietarios son
gente mayor que se tiene que acabar buscando un gestor que le haga las
declaraciones trimestrales, así que a todo lo anterior hay que añadirle también
ese gasto.
-¿Y si un propietario no está
interesado en alquilar?
-Si el proyecto va hacia adelante y un propietario se niega a
alquilar puede acabar expropiado y el trozo de terreno pasar a manos de la
empresa.
-Entonces, ¿ante qué contexto
se encuentran los ayuntamientos y particulares?
-En los últimos días no se han discutido los beneficios de la
energía eólica. Nadie está en contra de las renovables y de la eólica, sino que
el debate está en el modelo de energía renovable que conviene a cada
territorio. Determinados modelos económicos como la actividad eólica industrial
entran en contradicción con aquellos que apuestan por una agricultura y por un
paisaje de calidad.
-¿Qué modelo de energía
renovable eólica sería compatible con la provincia?
– Hay modelos muy interesantes como la generación distribuida a
partir de diferentes aerogeneradores que pueden poner en marcha agrupaciones de
ciudadanos o de ayuntamientos. Ejemplos tenemos. En el caso de Cataluña, el
Ayuntamiento de La Llacuna, que, con 900 habitantes, tiene un aerogenerador que
con lo que factura paga la luz de todos los edificios municipales. Eso permite
a ese ayuntamiento destinar el dinero que pagaría en electricidad a otras
necesidades.
-¿Y en Europa?
-En Europa hay casos muy interesantes como el de una isla de
Dinamarca que en 2007 instaló 11 aerogeneradores de 1 MW, una sexta parte de
los que se quieren colocar en el Matarraña. Con esas 11 torres cubren el 100%
de su consumo energético anual y con lo que les sobra, con la luz que generan
como excedente, hacen negocio, porque la venden al mercado. También tienen
cubierta la calefacción con plantas de biomasa y disponen de placas
solares térmicas. Son autosuficientes y hacen negocio con la venta de
electricidad. En 2007 pusieron 10 aerogeneradores más que están en el mar y
cuya electricidad destinan a la venta a través de un cable submarino. Hacen
negocio con un recurso que es del territorio. Eso no es imposible, lo ha hecho
una isla de 11.000 habitantes, más o menos el mismo número de habitantes que
tiene la comarca del Matarraña. Los aerogeneradores se integran en el paisaje y
la gente puede pagarlos. Esa inversión cuesta unos 100 millones de euros, lo
que son 12.000 euros por persona en el caso de la comarca del Matarraña.
-Un modelo más sostenibles que
el español.
– Estos modelos más descentralizados son los que se tienen que
enfrentar al modelo de España, un modelo basado en grandes centrales eólicas
promovidas por pocas empresas y con beneficios que van a las grandes compañías
en lugar de a los territorios. El modelo europeo determina qué molinos se
quieren y dónde se pueden poner. Además de que los beneficios no van a empresas
que no tributan en el territorio. En Alemania, por ejemplo el 50% de toda la
energía eólica está en manos de la ciudadanía con modelos descentralizados y
que estimulan la creación de más proyectos. Si se aplicara ese modelo,
seguramente saldrían más iniciativas desde los territorios.
-¿Cree que los proyectos
eólicos de grandes centrales eólicas en Teruel y más concretamente en el
Matarraña o en el Maestrazgo van a prosperar?
– Cualquier tramitación, la haga el Estado (proyectos de más de
50 MW de potencia) o la comunidad autónoma (los de menos de 50 MW) ha de
cumplir, en primer lugar, con todo lo que establece la normativa, incluidas las
Directrices de la comarca del Matarraña en el caso de este territorio. Otra
cosa es que esa normativa sea suficiente para prohibir o condicionar la
colocación de estos artefactos. Lo que está claro es que si una empresa quiere
poner en marcha un proyecto y la oposición no es muy grande, a veces, muchos de
estos trámites se pueden pasar por alto.
-¿Y desde un punto de vista
social?
– Todo el proceso de tramitación administrativa de
cualquier proyecto tiene algún fallo, en la tramitación industrial, en la
ambiental o en la urbanística. Pero quien puede condicionar o paralizar un
proyecto es la organización política y social del territorio, que debe exponer
su modelo de comarca. Si es así, las empresas dejan de tramitar. Cuando
encuentran un territorio que debate, que tiene claro su modelo de desarrollo,
al final lo dejan estar porque saben que en cualquier momento se les encontrará
el fallo que siempre hay en cualquier proyecto. Ahora, las empresas lo que
hacen es testar, hablar con alcaldes por separado y sopesar cómo respira el
territorio. Y en función de como lo vean se acabarán posicionando y avanzando o
no. Puede condicionar más un proyecto esa organización social y política que la
mera tramitación administrativa.
El Ejecutivo declara la emergencia climática y ambiental en respuesta al consenso generalizado de la comunidad científica, que reclama acción urgente para salvaguardar el medio ambiente, la salud y la seguridad de la ciudadaníaEl Gobierno muestra así el compromiso y la prioridad otorgada a esta agenda en un contexto de grandes riesgos económicos y sociales por los impactos del cambio climático, como acaba de reconocer el informe anual del Foro de Davos o la Comisión EuropeaMediante este acuerdo, el Ejecutivo se compromete a desarrollar 30 líneas de acción, cinco de ellas en los 100 primeros días, para hacer frente a la crisis climática y aprovechar los beneficios sociales y económicos que ofrece la transición ecológicaEl objetivo de la Declaración es lograr un proyecto de futuro común, más justo y equitativo, que aproveche las oportunidades de la transición ecológica mediante políticas públicas trasversales, que pongan al ciudadano en el centro
El Consejo de Ministros ha aprobado hoy el acuerdo de Declaración ante la Emergencia Climática y Ambiental en España, en el que se compromete a adoptar 30 líneas de acción prioritarias, cinco de ellas en los primeros 100 días, para combatir el cambio climático con políticas transversales.
El Ejecutivo declara la emergencia climática y ambiental en respuesta al consenso generalizado de la comunidad científica que reclama acción urgente para salvaguardar el medio ambiente, la salud y la seguridad de la ciudadanía. Con ello, muestra además el compromiso y la prioridad otorgada a esta agenda en un contexto de grandes riesgos económicos y sociales por los impactos del cambio climático, como acaba de reconocer el informe anual del Foro de Davos, que cita la falta de ambición en mitigación y adaptación al cambio climático y los fenómenos meteorológicos extremos como la dos amenazas de mayor magnitud para la economía global, o el Nuevo Pacto Verde que pondrá en marcha la Comisión Europea.
El Ejecutivo se compromete a ejecutar cinco de las 30 medidas en los primeros 100 días de Gobierno. Entre ellas, la remisión al Parlamento del proyecto de Ley de Cambio Climático, la definición de la senda de descarbonización a largo plazo para asegurar la neutralidad climática en 2050 y la creación de una Asamblea Ciudadana del Cambio Climático que incluirá la participación de los jóvenes.
El acuerdo responde, además, a la voluntad expresada por una amplísima mayoría del Congreso de los Diputados que, el pasado mes de septiembre, instó al Ejecutivo a declarar la situación de emergencia climática.
PROYECTO DE FUTURO EN COMÚN, MÁS JUSTO Y EQUITATIVO
La Declaración se inicia constatando el consenso generalizado de la comunidad científica sobre el impacto “sin precedentes” que el actual modelo de desarrollo ha tenido sobre el sistema climático. Ante este desafío, el acuerdo marca como “único camino posible” alcanzar la neutralidad climática en 2050, un objetivo que constituye una oportunidad para avanzar en la modernización, innovación y mejora de la competitividad de la economía española, generando empleo de calidad.
Se trata, tal y como la define el acuerdo, de un “proyecto de futuro en común, en línea con los compromisos adquiridos con la Agenda 2030, una agenda integral de paz y solidaridad, en favor de un desarrollo sostenible para todas y todos, que pone a las personas y al planeta en el centro de la acción política”. De esta manera, se encauza el proceso de transformación en positivo de nuestra economía y de nuestra sociedad, que se basa en la ciencia y en el principio de prudencia económica, contribuyendo a asegurar las oportunidades de los más jóvenes, la justicia intergeneracional y una mayor equidad y disminución de la desigualdad en las generaciones actuales.
En este sentido, la Declaración subraya que la emergencia climática promoverá respuestas que acompañen a aquellos sectores, colectivos y territorios más directamente amenazados por los impactos físicos o los cambios exigidos por la seguridad climática, con el fin de garantizar una transición justa y no dejar a nadie atrás.
COMPROMISOS PARA LOS PRIMEROS CIEN DÍAS
Las primeras medidas para hacer frente a este desafío se materializarán en los primeros cien días de acción de Gobierno. Se trata del marco regulatorio fundamental que es el que inspirará al resto de acciones que han de acometerse en todos los niveles de la Administración. Cumpliendo este plazo, el Ejecutivo se compromete a:
– Llevar a las Cortes un proyecto de ley que garantice alcanzar las emisiones netas cero no más tarde de 2050, impulsado para ello un sistema eléctrico 100% renovable, un parque de turismos y de vehículos comerciales con emisiones de 0 gramos de CO2 por kilómetro, un sistema agrario neutro en emisiones de CO2 equivalente, y un sistema fiscal, presupuestario y financiero compatibles con la necesaria descarbonización de la economía y de la sociedad.
– Definir la senda de descarbonización a largo plazo de nuestro país, que asegure el objetivo de neutralidad climática a más tardar en el año 2050.
– Invertir en un país más seguro y menos vulnerable frente a los impactos y riesgos del cambio climático. En esta línea, se presentará el segundo Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático incluyendo el sistema nacional de observación del clima y la elaboración de un menú de indicadores de impacto.
– Reforzar los mecanismos de participación ya existentes con una Asamblea Ciudadana del Cambio Climático, cuya composición contará con el mismo número de mujeres que de hombres e incluirá la participación de los jóvenes.
– Impulsar la transformación de nuestro modelo industrial y del sector servicios a través de Convenios de Transición Justa y de medidas de acompañamiento.
LÍNEAS PRIORITARIAS FRENTE A LA EMERGENCIA CLIMÁTICA
La Declaración recuerda que la región mediterránea, en la que se incluye a España, está considerada uno de los “puntos calientes” globales en materia de cambio climático, que incide directa e indirectamente sobre un amplio conjunto de sectores económicos y sobre todos los sistemas ecológicos españoles, acelerando el deterioro de recursos esenciales para nuestro bienestar como el agua y el suelo fértil, y amenazando la calidad de vida y la salud de las personas. Todo ello obliga a aprovechar las sinergias entre las políticas de la lucha contra el cambio climático y la conservación de la naturaleza, ambas fundamentales para garantizar el bienestar y supervivencia de la humanidad.
Con este espíritu, y junto a las primeras medidas que pondrá en marcha el Ejecutivo en sus primeros cien días, la declaración de emergencia climática define otras 25 líneas prioritarias que marcarán la acción transversal de la Administración Pública, en todos sus niveles, frente a la emergencia climática y ambiental. Se incorporan medidas que integran la variable del cambio climático en las políticas económicas, de consumo, de movilidad, de vivienda, de cooperación internacional, de educación o de salud. En concreto, en estas dos últimas políticas sectoriales, el acuerdo compromete al Ejecutivo a aprobar un Plan de Acción de Educación Ambiental para la Sostenibilidad antes de que acabe el año y a poner en marcha un Plan Nacional de Salud y Medio Ambiente.
El acuerdo destaca la necesidad de implementar políticas inclusivas que garanticen que nadie se quede atrás como consecuencia de estos cambios, actuando frente a la pobreza energética y asegurando la participación activa y en igualdad de condiciones de las mujeres en la transición energética. De igual modo, el acuerdo pone énfasis en fortalecer sinergias con las políticas de desarrollo rural, de protección de la biodiversidad y el impulso de las oportunidades para la transición energética, para generar nuevo empleo verde. En este contexto, el Gobierno elaborará la Estrategia de Lucha Contra la Desertificación y la Estrategia Nacional Forestal, y presentará en la Conferencia de Presidentes de 2020 la Estrategia frente al Reto Demográfico para facilitar la mejor coordinación entre Administraciones.
Otra parte de las medidas está centrada en asegurar la transformación del sector financiero público y privado para garantizar su viabilidad y la estabilidad del sistema. El primer paso será elaborar un Plan Nacional de Acción de Finanzas Sostenibles y un programa de emisión de bonos verdes por parte del Tesoro Público. También se fomentará la coherencia de las inversiones públicas con los objetivos del Acuerdo de París, además de integrar la variable del cambio climático en la política fiscal. En este sentido, el acuerdo marca como línea de acción no otorgar nuevos beneficios fiscales a productos energéticos de origen fósil y se analizarán los vigentes, salvo casos justificados por razones sociales o tecnológicas. En esta misma línea, no se autorizarán nuevas solicitudes de exploración, permisos de investigación o concesiones de explotación de hidrocarburos, ni para las actividades de fracking.
La Declaración recoge la necesidad de adoptar la Estrategia de Economía Circular y una Ley de Residuos que aborde el problema de los plásticos de un solo uso, para alcanzar “residuo cero” en el horizonte 2050. También la adopción de una Ley de Movilidad Sostenible y Financiación del Transporte Público, así como medidas para que los municipios de más de 50.000 habitantes establezcan zonas de bajas emisiones de manera urgente.
Además, antes de 2021, se presentará la Estrategia de Turismo Sostenible de España 2030 para aumentar la resiliencia del sector a los efectos del cambio climático. También se establece el objetivo de alcanzar el 30% de superficie marina protegida en 2030.
LOS PRIMEROS PASOS YA SE HAN DADO
El acuerdo destaca que los primeros pasos de esta transformación ya se han activado. En particular, hace referencia al PNIEC 2021-2030, que sitúa a España en la “senda correcta” para lograr que la generación eléctrica sea 100% renovable en 2050, eliminando, en la próxima década, una de cada tres toneladas de CO2 emitidas actualmente. Para ello, en 2030 se habrá duplicando el consumo final de energía renovable y, en el caso de la electricidad, el 74% será de origen limpio. Se trata de un esfuerzo coherente con el aumento de ambición a 2030 anunciado por la Comisión Europea: incrementar el actual objetivo de reducción de emisiones a 2030, un 40% para el conjunto de la Unión Europea (UE), a una horquilla entre el 50% y el 55%.
ANA, en su condición de miembro de la Plataforma SOSbiodiversidad SOSabejas, ha firmado y hace público el siguiente
Manifiesto Plataforma
Prohibición lo antes posible de todos los plaguicidas
tóxicos para los polinizadores y se tenga en cuenta el principio de precaución
tanto para la salud humana como de las abejas, es necesario fechas límite de 1
año desde la elaboración del Plan de Acción Nacional para la Conservación de
los Polinizadores para la prohibición de todos los plaguicidas autorizados en
España en cuya ficha de registro se establezca que es peligroso para las abejas
y demás polinizadores.
Prohibición sin excepciones de todas las fumigaciones aéreas
por cualquier medio (avionetas, drones, etc) y todas las fumigaciones en
cunetas de carreteras y otras vías. Y mientras se da esa prohibición
solicitamos que sea fácil conseguir la información sobre las aplicaciones
autorizadas ya que la ley obliga a su vista pública y a un Registro de
Aplicaciones Aéreas, concretamente el artículo 29 del Real Decreto 1311/2012,
de 14 de Septiembre, por el que se establece el marco de actuación para
conseguir un uso sostenible de los productos fitosanitarios.
Prohibición total del uso del glifosato como ya han
prohibido varios países de la Unión Europea y del resto del mundo. Este
producto ha sido declarado como cancerígeno categoría 2A por el IARC Agencia
Internacional para la investigación del cáncer y a día de hoy es muy usado por
la industria agroalimentaria y en parques y jardines en muchos municipios de
España. El producto a su vez es altamente peligroso para los polinizadores.
Inversión para la investigación universitaria de las
causas de la alta mortandad de polinizadores a nivel estatal. Creación de una
base de datos de muestras analizadas para determinar las causas y poder mejorar
su resilencia en el futuro. Estableciendo un canon sobre el uso de los
pesticidas hasta su prohibición total para hacer viable tal inversión.
Restaurar los ecosistemas naturales en las zonas
agrícolas para que la agricultura contribuya a la recuperación de la
biodiversidad. Apoyar a los agricultores en la transición, reformando la
agricultura priorizando: pequeña escala, diversidad, sostenibilidad y prácticas
agroecológicas, así como formación e investigación independientes en el ámbito
de la agricultura libre de plaguicidas y de organismos modificados
genéticamente.
En el cartel que compartimos aparece la información de la convocatoria, de la cuál también se puede obtener más información por las redes sociales de las plataformas.
ANA se adhiere y firma el Manifiesto elaborado por la Plataforma para una Transición Ecológica Justa, también ánima a sus socios a que lo apoyen al igual que hasta el momento han hecho más de 1200 personas, incluidos más de 250 investigadores y profesores universitarios, y por más de 150 organizaciones, asociaciones y colectivos. Estamos seguros que tras su difusión el apoyo será aún mayor.
El Manifiesto
Atravesamos una verdadera crisis global y la Emergencia Climática es únicamente uno de sus elementos, así como la pérdida de
biodiversidad, agotamiento de los combustibles fósiles, erosión de suelos,
escasez de agua… Hoy es más imprescindible que nunca luchar
por una transición ecológica que nos podrá ayudar a construir un mejor punto
de partida para la resistencia y la transformación de nuestras
sociedades. Esta transición no puede limitarse a
reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), tiene que abordar un
profundo cambio en lo económico, en lo político y en lo relativo a los modos de
vida hoy hegemónicos.
Es en ese contexto en el que pretende
enmarcarse el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-30 (en
adelante PNIEC), que están llevando a cabo la Oficina Española de Cambio Climático y la
Dirección General de Política Energética y Minas (Ministerio para la Transición
Ecológica) como órganos de la Administración Pública española. Sin embargo,
tras analizar el borrador disponible del PNIEC, que se encuentra
en fase de tramitación, las asociaciones ecologistas y ambientales, colectivos
sociales, investigadores y ciudadanía firmantes del presente manifiesto, consideramos que en su forma actual es insuficiente. El texto no garantiza
una transición ecológica justa y democrática para el conjunto de la sociedad,
el territorio y la biodiversidad.
El PNIEC fomenta la
industrialización del campo mediante la implantación de megacentrales de
producción de energía renovable (solar y eólica), lo que implicaría convertir
al mundo rural en productor de energía destinada a la exportación. De tomar esta decisión
desde arriba e imponerla a través del PNIEC, estos territorios perderían la
oportunidad de construir democráticamente un proyecto de futuro, además de ver
cómo se destruiría su patrimonio natural y cultural. Los ejemplos de la
Provincia de Guadalajara, del Norte de la Provincia de Granada o del istmo de
Tehuantepec en el sur de México demuestran que los megaproyectos de energías
renovables constituyen un nuevo extractivismo energético que castiga una vez
más a las zonas menos favorecidas. Es profundamente injusto y paradójico que
las comunidades campesinas, territorios periféricos y las comunidades rurales
que son quienes menos se han beneficiado del desarrollo generado gracias a la
utilización de sus recursos, (incluyendo los combustibles fósiles), tengan que
llevarse (de nuevo) la peor parte de la transición energética que pretende ser
sostenible pero que finalmente vuelve a reproducir las lógicas de expolio.
Además, este modelo beneficia a
los grandes inversores y especuladores nacionales y extranjeros en detrimento de
la eficiencia energética y del acceso a las energías limpias por parte de la
ciudadanía. Y por si fuera poco limita el acceso a la red de las pequeñas instalaciones de
autoconsumo. Todo esto para que ni siquiera se cumpla con los
objetivos de reducción de emisiones del Acuerdo de París firmado por el
Gobierno Español en 2018.
El PNIEC no puede ser el mecanismo por el que los
mismos actores (principalmente las grandes empresas energéticas) que nos han
llevado a la actual emergencia climática, aprovechándose de las oportunidades
que genera esta crisis, puedan enriquecerse más aún, sin solucionar realmente
el problema, y generando otros nuevos con un impacto irreversible que
compromete una vez más nuestro futuro.
Por lo tanto, consideramos que para una transición
ecológica justa el PNIEC debe garantizar los siguientes
objetivos:
El desarrollo de un modelo energético distribuido que priorice el autoconsumo y las comunidades locales de renovables.
Un modelo energético no especulativo que desligue la producción de energía de las dinámicas de máxima rentabilidad y que incentive la economía local.
Un modelo basado en la reducción del consumo de materiales y en el ahorro y eficiencia energéticos.
El desarrollo de un nuevo diseño urbano a través de la integración de las renovables y la eficiencia energética en los edificios y el transporte.
La preservación de los suelos agrícolas y ganaderos para asegurar la soberanía alimentaria.
La conservación de la biodiversidad en todo su ámbito, no sólo en los espacios protegidos, asegurando la conectividad ecológica de las poblaciones y la integridad funcional de los ecosistemas.
El mantenimiento del territorio, modos de gestión tradicionales y paisaje de la España Poco Poblada (mal llamada España vacía) ya que son un recurso de vital importancia para sus habitantes, para atraer a potenciales nuevos pobladores, y la base para dinamizar el territorio, desarrollar su tejido social y regenerar su autonomía material. Todo ello conservando su integridad ecológica.
La concreción de las vías de financiación de las medidas que contiene el propio plan y la exposición pública de la concreción espacial del plan, que señale previamente los territorios que se verían afectados por su medida y que permita a los habitantes de los mismos decidir democráticamente sobre su pertinencia o deseabilidad.
Para conseguir el cumplimiento de estos
objetivos el PNIEC debe:
Fomentar un modelo distribuido basado en aproximar la generación de energía a los centros de consumo y en la gestión de la demanda, ahorrando inversiones, costes y abaratando el precio de la energía para la población.
Favorecer proyectos de energía colaborativa con la participación de la ciudadanía en los mercados energéticos a través de las “comunidades de energías renovables”, de las “comunidades ciudadanas de energía” y de la municipalización de las redes de distribución de baja tensión.
Fomentar la flexibilidad del sistema eléctrico a través del autoconsumo en los tejados de edificios públicos, de polígonos industriales y viviendas. Todo ello para lograr la descarbonización a través de la autosuficiencia energética.
Fomentar la economía circular, priorizando el uso de materiales de larga vida útil, optimizando su reparación, reutilización y reciclaje máximos, así como minimizando la generación de residuos en todas las fases de producción, distribución y consumo de los mismos y reduciendo la huella ecológica de todos los procesos implicados.
Garantizar la reducción del consumo energético de manera generalizada y los consumos básicos para que toda la población goce de una vida digna. Dado que la pobreza energética es el resultado de bajos ingresos y altos costes energéticos, la medida más efectiva para luchar contra ella es el fomento de la eficiencia energética de viviendas, mediante la puesta en marcha de un Plan Público de Rehabilitación y Eficiencia Energética, transformando nuestras viviendas y naves industriales en edificios de consumo casi nulo en 2050. Con los actuales objetivos del PNIEC esto se conseguiría dentro de 200 años.
Para evitar un mercado especulativo, el mecanismo de subastas de energía renovable no debe permitir a los adjudicatarios vender sus derechos sin instalar ni un solo kW. Se debería supervisar y regular que los adjudicatarios puedan asociarse con fondos de inversión, eléctricas o fabricantes, para financiar la inversión que sólo ellos no podrían ejecutar.
Asegurar el Derecho a que los pequeños proyectos de renovables queden exentos de participar en licitaciones, que se simplifique su tramitación administrativa y que en las subastas se permita la participación no discriminatoria de pequeños actores y entes locales, sin medidas retroactivas.
Hacer una planificación de áreas de exclusión para la instalación de energías renovables (solar, eólica, tendidos eléctricos asociados…) teniendo en cuenta los Territorios Agrarios Históricos (TAH) y los Suelos de Alto Valor Agrológico (SAVA).
Fomentar una agricultura y ganadería ecológica, sostenible, extensiva y no dependiente de inputs externos de fertilizantes y herbicidas, recuperando los usos tradicionales, mucho más eficientes, productivos y sostenibles en nuestro suelo y nuestro clima que la agricultura y ganadería industrial.
Elaborar un Plan de Áreas de Exclusión para la instalación de energías renovables (principalmente eólica, solar y tendidos eléctricos asociados), con cartografía pormenorizada de todo el territorio en función de la distribución y abundancia de la biodiversidad, calidad paisajística, suelos de alto valor agrológico y otros aspectos patrimoniales potencialmente afectados, clasificando el territorio entre zonas aptas y no aptas, con criterios definidos y cuantificables que serán incluidos en el PNIEC.
Para la elaboración del Plan de Áreas de Exclusión por motivo de biodiversidad es necesario la obtención de información ambiental actualizada y completa sobre la distribución, tendencia, abundancia y estatus de conservación de la biodiversidad potencialmente afectada por estas infraestructuras en todo el territorio estatal. Hay que tener en cuenta que la mayor parte de la información disponible actualmente está anticuada o incompleta debido a la falta de financiación de las administraciones públicas para el seguimiento de la Vida Silvestre.
El PNIEC definitivo debe incluir este Plan de Áreas de Exclusión, implantando una moratoria en la aprobación en las Declaraciones de Impacto Ambiental hasta que la elaboración de la información ambiental actualizada esté realizada. Con ella se podrá diseñar y elaborar el Plan de Exclusión y finalmente aprobar el PNIEC.
En ningún caso ha de ser un objetivo del PNIEC simplificar el proceso administrativo de evaluación de impacto ambiental, sino al contrario. Dado que ya ha sido cuestionada su efectividad, se debe aumentar la exigencia en la calidad, duración e intensidad de los trabajos de campo de los Estudios de Impacto Ambiental.
El PNIEC debe tener como objetivo garantizar la conservación de la biodiversidad existente, y no pretender compensar el daño causado por el plan mediante medidas compensatorias o medidas adicionales como la creación de nuevos espacios para la conservación.
El PNIEC debe basarse en el Principio de Precaución (cautela), ya que consideramos que el riesgo de daño ambiental sobre la biodiversidad no puede ser conocido previamente, porque no se pueden conocer los efectos a mediano y largo plazo, y por lo tanto, no se pueden adoptar las medidas para neutralizarlo.
El grado de madurez actual de la sociedad española en
materia medioambiental es el mayor de nuestra historia. Esto, unido al
desarrollo y abaratamiento de la tecnología asociada a las energías renovables,
hace que nos encontremos ante una oportunidad histórica
para cambiar nuestro modelo energético y de consumo hacia un modelo descarbonizado, distribuido, barato y respetuoso con el
medio ambiente en un sentido amplio, es decir, aspiramos a conseguir una Transición Ecológica Justa.
Para ello se necesitan políticas valientes contra el cambio climático. La primera de ellas
debe ser revisar el PNIEC incluyendo las medidas
que establecen las Directivas Europeas de eficiencia energética de
edificios, de energías renovables, del mercado interior de la electricidad y el
Reglamento de Gobernanza de la Unión de la Energía y de la Acción Climática y
comprometerse a incorporarlas al ordenamiento jurídico. Pero además es
absolutamente necesario que el PNIEC asegure
nuestra soberanía alimentaria, la posibilidad de tomar decisiones sobre cómo
vivir en el territorio, y la conservación de nuestro patrimonio cultural y
natural.
Por todo ello y ante la ambigüedad y falta de
concreción de la actual redacción del PNIEC, los
abajo firmantes decimos que ASÍ NO se podrá conseguir llevar a cabo una Transición
realmente Ecológica, Justa y Democrática.